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La UE parece dispuesta a topar el gas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya ha dicho que planteará a los países del Viejo Continente poner en marcha un mecanismo similar a la 'excepción ibérica' de España y Portugal para limitar el precio del gas en el sistema de formación de precios, y la Eurocámara ha pedido a Bruselas limitar el precio de las importaciones por gasoductos. Sin embargo, los expertos creen que el camino por recorrer es largo y que aún habrá que esperar para ver límites en el precio del gas.

"Dudamos que la UE pueda poner en marcha un mecanismo paneuropeo de limitación de precios del gas de aquí a finales de año", señalan los estrategas de Pantheon Macroeconomics en una reciente nota de análisis. Creen, de hecho, que serán los gobiernos europeos los que tendrán que hacer todo el "trabajo duro, especialmente si el invierno es frío", para aliviar los problemas derivados de la guerra de Ucrania, como la escasez de gas o los precios disparados. "Lo harán, y sospechamos que la UE aprobará casi cualquier cosa a posteriori".

Destacan estos expertos que "Europa se está librando de la energía rusa, lenta pero seguramente", aunque todo esto tiene un elevado coste que no se puede obviar. Antes de la guerra, recuerdan, Rusia suministraba alrededor del 30% de las importaciones de gas de la UE y el 20% de las de petróleo. "A juzgar por los compromisos políticos en Bruselas y en las capitales europeas, ambas cifras van a cero, pero la realidad es un poco más complicada", señala Pantheon.

Y es que aunque las importaciones se han reducido considerablemente, aún "siguen siendo muy superiores a cero". De hecho, los últimos datos de Eurostat relativos al mes de julio sugerían que la zona euro todavía importaba alrededor del 15% de sus combustibles fósiles de Rusia, frente al 20%-25% de antes de la guerra.

"Esta cifra parece grande tras los compromisos políticos de reducir rápidamente la demanda de energía de Rusia, pero es importante tener en cuenta el periodo de tiempo analizado", destaca la firma británica. Europa se apresuró a aumentar las importaciones de gas natural de Rusia para reforzar los inventarios antes de un posible cese de los flujos de gas ruso, lo que le ha permitido llegar al otoño con unas reservas abultadas.

Como resultado, el valor de las importaciones energéticas no petroleras de la Eurozona procedentes de Rusia "se duplicaron", dicen estos analistas, que recuerdan que las importaciones de gas ruso "no se han prohibido oficialmente" y que la prohibición de las importaciones de petróleo "no entrará en vigor hasta diciembre". Además, apuntan que el coste de las importaciones energéticas europeas se ha disparado, en parte, porque "Europa ha tenido que actuar con rapidez para asegurarse suministros alternativos, para los que ha tenido que pagar un precio", como los contratos sellados con EEUU para el suministro de GNL (gas natural licuado).

¿TOPAR EL GAS? ES UN "DEBATE SUPERFLUO"

Pese a los esfuerzos, los temores de Europa acabaron por confirmarse y Moscú ha cortado "drásticamente" el flujo de gas al Viejo Continente alegando fallos técnicos, hasta convertirlo en un mero "goteo". Ya no manda gas a través de Nord Stream 1, que antes de la guerra era la principal fuente de abastecimiento, y su 'hermano' el Nord Stream 2 sigue sin funcionar. Además, todo hace pensar que ninguno transportará gas en breve debido a las explosiones registradas hace unas semanas en varias tuberías, que se han achacado a un posible sabotaje ruso.

El flujo de gas ruso hacia Europa ha disminuido y se sitúa ahora en unos 30 gigavatios, principalmente gracias a los envíos a través de Uzhgorod (Ucrania) y Turkstream (Mar Negro), frente a los 140 gigavatios de principios de marzo. "En este contexto, el debate en la la UE sobre un tope de precios para el gas ruso parece superfluo, especialmente ahora que Moscú está dispuesto a frenar los flujos unilateralmente, como herramienta política", opinan desde Pantheon.

No obstante, cree que un tope de precios al gas ruso es, "al menos, teóricamente factible, a diferencia del petróleo, dado que Rusia tendría dificultades para enviar el gas con destino a Europa a otra parte" como sí está haciendo en el caso del crudo.

"Suponiendo que Europa tenga que prescindir del gas ruso durante los próximos 12-18 meses, al menos las estimaciones de la Comisión, el FMI y la AIE sugieren que Europa puede reemplazar alrededor del 70% mediante mediante la sustitución y los proveedores alternativos". El Viejo Continente ya ha hecho sus deberes tras el acuerdo con EEUU y el cerrado también con Noruega para el suministro a través de oleoductos. Sin embargo, apuntan los estrategas de Pantheon, "estos esfuerzos no taparán el agujero dejado por el gas ruso, lo que respalda nuestra opinión de que el racionamiento energético es ahora un riesgo clave, especialmente en la mayor economía de la Eurozona", dicen en referencia a Alemania.

Como explican estos analistas, "la sustitución es posible, pero no para todo el mundo y no totalmente en un corto periodo de tiempo". Y por eso creen que quizá Bruselas debería mirar al país germano "en busca de inspiración", sobre todo después de que el Gobierno de Olaf Scholz haya anunciado un nuevo paquete de ayudas de 200.000 millones de euros para apoyar a los hogares y las empresas durante el invierno, ante la elevada dependencia de la nación del gas ruso.

Este paquete eleva la respuesta fiscal total de Alemania a unos 300.000 millones de euros, lo que representa entre el 6% y el 7% del PIB. "Esta cifra muestra la magnitud del reto. Es cierto que Alemania está expuesta de forma única a esta crisis, por lo que no podemos asumir que otros países importantes de la zona euro gastarán lo mismo, pero no estará muy lejos", consideran los analistas de la firma británica.

Y creen que aunque Alemania ha sido criticada por este paquete, por su supuesta falta de solidaridad con otros miembros de la UE que no tienen la misma capacidad fiscal para apoyar sus economías, los estrategas de Pantheon señalan que esto "tiene poco sentido" dado que "los gobiernos han estado introduciendo medidas 'ad hoc' desde principios de año, y no es de extrañar que el país más expuesto esté redoblando las ayudas al comenzar el invierno".

Además, creen que la medida alemana no será un "beso de la muerte para un paquete conjunto de la UE a finales de este año". "De hecho, nos cuesta ver cómo Alemania podría oponerse a una respuesta coordinada de la UE y a una nueva emisión conjunta de deuda", concluyen.

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