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EUROPA PRESS - Archivo

La actividad empresarial de la zona euro siguió creciendo en agosto a una de las tasas más robustas observadas en las dos últimas décadas. El crecimiento económico en el sector servicios superó al del sector manufacturero por primera vez desde la pandemia del Covid-19, impulsado por la creciente reapertura de las actividades económicas.

Según la lectura preliminar del Índice PMI Compuesto de la Actividad Total de la zona euro, elaborado por la consultora Markit y publicado este lunes, se situó por debajo de lo esperado y se redujo de su máxima de los últimos quince años (60,2) registrada en julio a 59,5 en agosto. Esta última cifra concordó con la observada en junio pasado, por lo que registró la segunda expansión conjunta más rápida observada desde 2006.

Los costes y los precios cobrados por las firmas volvieron a aumentar a uno de los ritmos más acelerados observados en los veinte últimos años, debido a que la demanda volvió a superar a la oferta.

Pese a que la confianza empresarial se vio atenuada por la creciente preocupación en torno a la variante delta, la contratación de personal siguió en su nivel más alto de los últimos veintiún años puesto que las empresas reforzaron su capacidad para hacer frente a la creciente demanda.

El crecimiento en el sector servicios sobrepasó al del sector manufacturero por primera vez durante la recuperación de la pandemia, debido a que las medidas de contención del Covid-19 siguieron relajándose durante este mes hasta su nivel más bajo desde el comienzo de la pandemia. No obstante, el crecimiento en el sector servicios fue marginalmente más lento que su máxima en quince años registrada en julio pasado, puesto que algunas empresas fueron afectadas por la presión del reciente aumento de contagios.

La producción manufacturera también siguió expandiéndose a un ritmo pocas veces superado en la historia del estudio gracias a la continuada recuperación de la demanda frente a lo peor de la pandemia, aunque el ritmo de expansión se ha moderado por segundo mes hasta el más débil desde febrero pasado. La ralentización del crecimiento de la producción fue vinculada principalmente a las limitaciones en la cadena de suministro.

Mientras tanto, los niveles de nuevos pedidos recibidos siguieron entre los más elevados observados en las dos últimas décadas, impulsados por el persistente resurgimiento de la demanda de productos y servicios, aunque en los dos sectores estudiados el ritmo de incremento se redujo frente a las máximas recientes hasta llevar la expansión en general de las carteras de pedidos hasta su mínima desde mayo pasado.

El sostenido repunte de la demanda y las mejores perspectivas gracias al aumento del número de personas vacunadas se tradujeron en un auge del optimismo respecto de los próximos doce meses. El sentimiento en torno a la actividad total futura siguió entre los más altos desde que se dispone de datos comparables (disponibles desde 2012), aunque se ha moderado por segundo mes consecutivo hasta su mínima desde marzo pasado, debido a la preocupación por la variante delta.

Entretanto, el empleo creció a un ritmo igual a la máxima en 21 años registrada en julio pasado debido a que las firmas expandieron su capacidad en proporción al reciente crecimiento de las carteras de pedidos y las perspectivas prometedoras. Pese a que se notó una cierta ralentización de la creación de empleo en el sector manufacturero, en parte debido a la escasez de mano de obra, el crecimiento del empleo en el sector servicios alcanzó su máxima desde septiembre de 2018.

Este nuevo aumento del empleo ayudó a impulsar la capacidad operativa y limitar la acumulación de trabajos pendientes en agosto, aunque el aumento de los pedidos por completar fue igualmente el tercero mayor en la historia de la encuesta después de los aumentos observados en junio y julio pasados. Los pedidos pendientes volvieron a aumentar con especial intensidad en el sector manufacturero, pese a que también se ha observado un crecimiento casi récord en el sector servicios.

El crecimiento de los trabajos por completar de nuevo fue vinculado generalizadamente a la escasez de oferta, tal como lo refleja otro mes de demoras casi sin precedentes en la cadena de suministro. Los plazos de entrega de los proveedores, un indicador clave de demoras en las entregas, siguieron alargándose en agosto a uno de los ritmos más intensos jamás registrados por el estudio, pese a que debido a la incidencia de demoras, se moderaron ligeramente por tercer mes consecutivo.

No obstante, las demoras en las entregas, combinadas con el auge de la demanda, una vez más desempeñaron un papel fundamental en impulsar los costes al alza. Muchas veces los costes fueron repercutidos a los clientes a través de precios de venta más altos de los productos y servicios. En su conjunto, las tasas de inflación de los costes y los precios de venta fueron las terceras más altas registradas en las dos últimas décadas, solo superadas por los aumentos observados en junio y julio de este año.

Por países, Alemania siguió encabezando la expansión en la zona euro, a pesar de que el crecimiento se debilitó frente a la máxima récord de los últimos veintitrés años registrada en julio pasado. Mientras que el crecimiento económico del sector servicios sólo se desaceleró marginalmente frente al ritmo récord de julio, se registró una atenuación más marcada en el sector manufacturero, principalmente debido a los problemas de suministro.

Por su parte, la expansión económica se moderó hasta su mínima de los últimos cuatro meses en Francia, reduciéndose aún más frente a su máxima reciente de junio pasado. La producción industrial aumentó al ritmo más lento desde febrero pasado, limitada por la escasez de suministros, y el crecimiento económico del sector servicios se atenuó hasta su mínima desde abril pasado, aunque siguió siendo el más intenso de los dos sectores estudiados.

El crecimiento económico en el resto de la zona euro en su conjunto fue el más rápido de los últimos 21 años, acelerándose ligeramente frente al ritmo de julio gracias a que tanto el sector manufacturero como el de servicios registraron ritmos de crecimiento elevados.

Desde Markit comentan que "la recuperación económica de la zona euro mantuvo su impresionante ímpetu en agosto, y el índice PMI solo se redujo ligeramente frente a la máxima reciente de julio pasado hasta llevar su promedio para el tercer trimestre hasta la fecha al nivel más alto en 21 años". "Pese a que los contagios de la variante delta causaron problemas generalizados en la región, reduciendo la demanda y creando más problemas de suministro, las firmas se beneficiaron de la relajación de las medidas de contención del virus hasta su mínima desde el comienzo de la pandemia", añaden.

Sin embargo, destaca que "los retrasos en las cadenas de suministro siguen causando estragos, haciendo que muchas veces las empresas no puedan responder a la demanda y aumentando los costes de las firmas aún más. Estos costes, combinados con el auge de la demanda, causaron otro aumento casi récord de los precios medios cobrados por los productos y servicios, aunque hubo algunos bienvenidos indicios de que estas presiones inflacionistas puedan haber pasado lo peor por ahora".

Consideran que "es alentador notar un segundo mes de creación de empleo al ritmo más intenso en 21 años, que refleja los esfuerzos de las empresas por fortalecer la capacidad operativa y responder a la demanda, que en última instancia deberían contribuir a reducir la presión de los precios aún más. Es preocupante observar cierto movimiento al alza en el crecimiento de los salarios debido al aumento del mercado laboral, que podría traducirse en una mayor inflación, y parece que las demoras en las entregas, especialmente las procedentes de Asia, posiblemente persistirán durante algún tiempo".

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