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Desde que el pasado 31 de enero Reino Unido abandonara definitivamente la Unión Europea (UE), el primer ministro británico, Boris Johnson, está empeñado en demostrar que está abierto a negociar con otros países. Sin embargo, hay un mercado que importa más que cualquier otro: la UE. Y no es para menos, ya que el bloque es el mayor destino comercial de Reino Unido. El año pasado representó 570.000 millones de dólares, casi el 50% del comercio total de bienes del país, según una información de Bloomberg.

EEUU supone el mayor socio comercial individual de Reino Unido, seguido muy de cerca de Alemania. Eso explica la prioridad de Johnson de llegar a un acuerdo rápidamente con la administración del presidente estadounidense, Donald Trump. Pero la UE en su conjunto sigue siendo, con diferencia, el bloque más grande con el que Reino Unido hace negocios, incluso con la proporción de las exportaciones británicas disminuyendo con el tiempo.

No obstante, el volumen comercial no es la única razón para que Reino Unido priorice un acuerdo con la UE. La teoría de la gravedad del comercio establece que el nivel de negocios entre dos países es proporcional a su tamaño y proximidad. Logísticamente es más fácil comprar y vender a sus vecinos, un punto que finalmente no convenció a los votantes británicos sobre los méritos de permanecer en el bloque.

La UE en su conjunto sigue siendo, con diferencia, el bloque más grande con el que Reino Unido hace negocios

Para el Gobierno de Reino Unido, forjar acuerdos con EEUU, Japón, Australia y Nueva Zelanda es un objetivo clave. La idea es que los lazos históricos de Reino Unido con esos países harán que los acuerdos sean más fáciles de lograr, pero a juzgar por la cantidad de comercio bilateral, Nueva Zelanda y Australia irían muy por detrás de China e India. Sin embargo, según el análisis realizado por Bloomberg Economics, el acuerdo crucial sigue siendo el de la propia UE, puesto que los beneficios de tal acuerdo compensarían solo aproximadamente la mitad del coste de abandonar la UE.

"Forjar acuerdos comerciales en todo el mundo se considera un beneficio significativo del Brexit, pero no es seguro que otorguen el mismo beneficio económico que la membresía del mercado único más grande del mundo. El gobierno tiene la ambición de mejorar los lazos con los cuatro rincones del mundo, pero la realidad es que el mayor premio radica que Reino Unido logre un acuerdo con la UE", señala el economista senior de Reino Unido, Dan Hanson.

Hay que recordar que uno de los desafíos de salir de la UE es que cualquier acuerdo comercial que haya alcanzado el bloque ya no se aplicará a Reino Unido una vez que finalice el período de transición el 31 de diciembre. Los británicos han cerrado hasta ahora acuerdos con 48 países, lo que representa un valor de casi 48.000 millones de libras de comercio. Los acuerdos vinculados a otros 33.500 millones de libras de comercio de bienes todavía están en proceso.

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