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ShanghaiSharecast / Leslin Liu via Pixabay

Los mercados llevaban mucho tiempo anticipando la reapertura de China. Después de tres años con el país prácticamente cerrado a cal y canto debido a las estrictas medidas anticovid del gigante asiático, las presiones ciudadanas y económicas provocaron que Pekín diese finalmente su brazo a torcer y comenzara a abrir sus puertas a comienzos de 2023. El gasto reprimido y el peso absoluto de China, la segunda gran economía del mundo, se han hecho notar en poco tiempo y han supuesto un alivio para numerosas economías, pero también dentro del milenario país.

“En China, los datos siguen reforzando nuestra previsión alcista de un crecimiento del PIB en torno al 5,7% este año y, en todo caso, existen riesgos al alza, a pesar de que el objetivo oficial de crecimiento de Pekín se sitúa en torno al 5%”, señalan desde Morgan Stanley. Al mismo tiempo, estos expertos subrayan que, de no ser por la reciente crisis bancaria, la reapertura de China seguiría siendo a estas alturas del año el evento más importante para la economía mundial.

Aún así, indican, la vuelta de China a los mercados no será tan importante como inicialmente se podía pensar, ya que la situación es radicalmente distinta. “Siempre hemos dicho que el repunte se centraría mucho más en el ámbito nacional que en el pasado y que se inclinaría más hacia los servicios que hacia la industria. No creemos que se puedan aplicar las betas históricas, es decir, la repercusión del crecimiento chino en el resto del mundo, como se podía hacer en el pasado”, apunta Seth Carpenter, economista jefe global de la firma neoyorquina.

Este analista subraya dos puntos que explicarían este menor peso relativo. En primer lugar, la menor contracción del sector industrial respecto al sector servicios. Dicho de otro modo, el repunte será mucho mayor e intenso en el sector servicios, mayormente centrado en China, de lo que podría serlo en la economía industrial.

Asimismo, relacionado con esto último, desde Morgan Stanley concluyen que el efecto de China en la economía global es menor cuanto más importante es el sector servicios del gigante asiático para su crecimiento. Es decir, que la aceleración de tres puntos porcentuales del año pasado a este año no tendrá la misma repercusión para el resto del mundo que una aceleración de tres puntos porcentuales hace años.

“Dentro de las economías de mercado desarrolladas, las revisiones a la baja de las previsiones de Estados Unidos y las revisiones al alza de la zona euro, en gran parte debido a unos datos más sólidos, hacen que Europa crezca ahora más rápido que EEUU en 2023”, señala Carpenter, al tiempo que recuerda que “el diferencial entre el crecimiento asiático y el del resto del mundo es ahora algo mayor”.

En este sentido, Morgan Stanley ha revisado a la baja unas previsiones “ya de por sí moderadas” para Estados Unidos debido, en buena medida, a la evolución del sector bancario. Según Carpenter, los costes de financiación para los bancos son más elevados y la disposición a conceder préstamos es “casi con toda seguridad” menor que antes. Además, esa restricción de la oferta de préstamos se produce en un momento en el que ya esperan una ralentización “importante” de la economía estadounidense y, por tanto, una caída de la demanda de crédito. “Así que el efecto neto es negativo, pero la disposición de los bancos a prestar importa mucho menos si hay menos prestatarios”, añade.

Al otro lado del Atlántico, en el Viejo Continente, la firma neoyorquina es más optimista con la zona del euro… y no solo por la apertura de China, sino por unos precios de la energía más bajos y el impulso fiscal más sostenido. Sin embargo, la ligera mejora de las perspectivas “no cambia el hecho de que la distribución de los resultados probables durante el próximo año está sesgada a la baja”.

“Dentro de siete meses, Europa iniciará otro invierno y con él el riesgo de que se agoten los inventarios de gas, y con una inflación subyacente en la zona del euro que aún no ha tocado techo, un crecimiento real más fuerte es simplemente una razón para que el BCE siga subiendo los tipos”, relata Carpenter.

Por otro lado, dentro de los mercados monetarios, el mayor crecimiento de Europa en comparación con EEUU es “notable”, tanto por sí mismo como porque significará que la subida del BCE se parecerá más a la de la Reserva Federal (Fed) de lo que estos expertos estimaban hace solo tres meses.

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