"Las comparaciones de Silicon Valley Bank con la crisis financiera de 2008 no parecen apropiadas"

Desde DWS destacan que los bancos tienen una posición más sólida en términos de financiación

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Silicon Valley BankSharecast graphic / Josh White

Hace una semana, pocas personas, por no decir nadie, esperaban una crisis bancaria de este calado. El colapso de Silicon Valley Bank (SVB), la segunda mayor bancarrota de la historia del sector en EEUU, ha dado un giro de 180 grados al mercado, cuya preocupación hace menos de siete días era saber cuánto seguirían subiendo los tipos de interés los bancos centrales. Los reguladores estadounidenses han tenido que salir al paso para intentar mitigar el riesgo de un contagio que parece estar comenzando a extenderse. A pesar de la gravedad de la situación, son muchos los expertos que piden mantener la calma y evitar las comparaciones con el colapso de Lehmann Brothers.

“Las comparaciones con la gran crisis financiera de 2008 no parecen apropiadas desde la perspectiva actual. El grupo de empresas vulnerables que podrían verse afectadas es probablemente demasiado pequeño en comparación con el enorme tamaño del mercado inmobiliario estadounidense que había causado enormes pérdidas en el sector financiero en 2008”, explican desde DWS.

La gestora germana también recalca que los bancos se encuentran “en una posición mucho más sólida en términos de financiación” que antes de la crisis financiera de finales de la década de los 2000. Sin embargo, la firma de Fráncfort advierte que el gran interrogante que se deberá despejar es si los problemas del SVB “podrían ser un indicio de problemas mayores, posiblemente incluso sistémicos”.

“Esperamos que los mercados se tomen un respiro tras la decisiva actuación de los reguladores estadounidenses. Sin embargo, en nuestra opinión, sigue estando justificada una actitud prudente, dado que los analistas y economistas todavía están evaluando los efectos que la subida de los tipos de interés ha tenido en los bancos, las empresas y la economía en su conjunto”, añaden. Cabe señalar que, a juzgar por los movimientos del mercado, los inversores no parecen creerse el plan propuesto por las autoridades estadounidenses.

En este sentido, desde DWS señalan que cada ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) “se ha cobrado sus víctimas, desde el crack del 84 hasta la crisis del Tequila, pasando por la de Orange County”. Esta vez, apuntan, “el hecho de que los mercados mantuvieran la calma estaba haciendo mucho más difícil para la Fed frenar la economía y, por tanto, volver a controlar la inflación”.

“Ahora que el efecto directo, la quiebra del SVB y la administración judicial de la FDIC, ya se ha producido, el efecto de segundo orden es el comportamiento de los clientes que tienen depósitos no asegurados en otros bancos, con especial atención probablemente a los bancos regionales estadounidenses”, explican.

La quiebra de Signature Bank, uno de los mayores prestamistas del sector de las criptomonedas, es la primera muestra de estos efectos de segundo orden que señala DWS. Además, en las últimas sesiones han sido varios las firmas de este tipo que se han desplomado en el mercado, con First Republic Bank liderando las caídas entre los bancos pequeños y medianos en Estados Unidos. “Creemos que el factor más importante será la forma en que las autoridades estadounidenses gestionen la crisis en los próximos días”, apuntan.

El “efecto de tercer orden”, prosiguen estos expertos, sería ver “cualquier desbordamiento hacia empresas vulnerables con balances débiles, como las que emiten alto rendimiento, las empresas del sector de las startups o las relacionadas con los criptoactivos”. Por último, entre los efectos de cuarto orden que se podrían ver estarían las “liquidaciones masivas en los mercados y, por tanto, el contagio generalizado, por ejemplo, cuando los inversores tuvieran que cubrir las carteras de bonos corporativos mediante derivados de renta variable a falta de otras alternativas”.

En este sentido, el hundimiento de Credit Suisse y las advertencias de que podría estar viviendo un "momento Lehmann Brothers" han puesto sobre alerta a los inversores. Desde Federated Hermes piden "cautela" a la hora de "establecer paralelismos con la crisis financiera de finales de los 2000, ya que "esta vez, los mercados se enfrentan a un desajuste entre activos y pasivos, problemático sin duda pero, al menos por ahora, no sistémico más allá de casos idiosincrásicos".

¿UN CANARIO EN LA MINA DE CARBÓN?

Por su parte, los analistas de Allianz Global Investors indican que, si bien las últimas medidas deberían reducir el riesgo sistémico y proteger contra nuevas retiradas masivas, el sector podría verse sometido a una mayor presión en el actual entorno de rápidas subidas de los tipos de interés y de una curva invertida de rendimientos de los bonos.

“Los modelos de negocio tradicionales” de los bancos se basan en pedir prestado a tipos más bajos y prestar a tipos más altos, que es prácticamente lo contrario de lo que ofrece actualmente el mercado. En este entorno, los bancos comerciales estadounidenses estarán especialmente bajo presión, ya que tienen una gran exposición al sector inmobiliario”, explican desde la gestora, al tiempo que señalan que el colapso de la firma californiana “ha puesto de manifiesto la debilidad del sector bancario en general en un entorno de curva de rendimientos invertida”.

Con todo, estos expertos destacan que “la crisis actual se centra más bien en la retirada de dinero barato en los sectores tecnológico y de creación de empresas” y que la noticia de la adquisición de la filial británica por parte de HSBC “muestra el apetito de otros bancos por hacerse con activos baratos”.

“Los mercados financieros deberían reaccionar positivamente a la rápida actuación de la Reserva Federal. Pero no hay que confiarse. El nuevo Programa de Financiación Bancaria a Plazo podría desencadenar una mayor debilidad de la economía y una suavización de las presiones inflacionistas subyacentes, sobre todo teniendo en cuenta los últimos datos”, agregan.

Esta perspectiva, señalan, respalda su reducción de la renta variable estadounidense en las carteras multiactivos “dado el creciente riesgo de un accidente financiero”. “Esto confirma nuestra opinión de que nos espera una fase de debilidad de la renta variable estadounidense, especialmente porque las valoraciones siguen siendo elevadas y los márgenes se deterioran”, concluyen.

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