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Lo único que nos puede salvar en el muy corto plazo de otro nuevo latigazo bajista es que los niveles de pesimismo de los inversores arrojan lecturas muy altas, extremas. Y así es como se producen los rebotes.
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Este martes analizábamos el S&P 500 y decíamos que el aspecto técnico no era nada alentador, más bien todo lo contrario (lea aquí el análisis). Llegados a este punto y después de las caídas de este miércoles ya podemos decir que tanto el S&P 500, como el Dow Jones han perforado los mínimos de febrero. Ya tenemos otro nuevo mínimo decreciente que, además, ha servido para llevarse por delante soportes relevantes. No obstante, el miedo que se respira es de tal magnitud que lo lógico sería esperar algún rebote que otro. Y puede que en ocasiones asistamos a rebotes violentos. De hecho, es en los mercados bajistas donde los rebotes son más fuertes que nunca.
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Un movimiento de rebote hacia la zona de los 2.600-2.620 puntos encajaría dentro de lo lógico, de lo probable. Y un movimiento hasta esa zona de resistencia encajaría dentro de lo que es un 'pull back'. Por otro lado, lo que tenemos delante es un gran 'cabeza y hombros' y si este se termina cumpliendo, cabe apostar por un movimiento hacia la zona de los 2.300 puntos (como proyección mínima teórica).
