Nos adentramos de lleno en la segunda parte del verano, probablemente aquella en la que la gran mayoría de los inversores están de vacaciones. Julio y agosto son los dos meses en los que el volumen de negociación suele ser el más bajo del año, salvo que nos encontremos con una de esas crisis inesperadas que en ocasiones suceden.
Desde los máximos de junio los títulos de Telefónica se han dejado por el camino un 13%, lo que en absoluto deteriora a día de hoy la que es la tendencia alcista de corto plazo, aquella que se iniciaba a finales de octubre.
Repsol acaba de anunciar que ha obtenido un beneficio neto de 1.235 millones de euros en el primer semestre del año, frente a las pérdidas de 2.484 millones registradas en el mismo periodo del pasado ejercicio.
A principios de julio nos hacíamos eco del hito de los nuevos máximos históricos del valor tras un año de movimiento lateral. De manera que el título se volvía a colocar en máximos de todos los tiempos, o lo que es lo mismo en subida libre.
