Políticas extremistas
Todavía falta perspectiva para valorar completamente los efectos políticos de la gran crisis 2008-2014, que, aunque global, ha tenido características particulares exclusivamente españolas y, consiguientemente, efectos singulares autóctonos. Efectos que reflejan una gran decepción -la democracia no nos había inmunizado contra el decaimiento material ni contra la corrupción- y que se han traducido en una grave desafección.