• Los casos de Abengoa, Duro Felguera o Isolux certifican los problemas de la industria
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El sector de la ingeniería pasa por un momento duro. Empresas como Abengoa o Duro Felguera comparten una delicada situación, aunque la última compañía en dar la voz de alarma ha sido Técnicas Reunidas. La multinacional especializada en ingeniería para el sector del petróleo y del gas confensó el pasado viernes que no cumplirá con sus previsiones para 2017 y 2018 porque ha sido un año "especialmente complicado". El aviso de este referente del sector provoca que se enciendan las alarmas.

Una situación que ha llegado después de “una inflación en la cartera de proyectos, porque estas compañías dependen mucho de las adjudicaciones de proyectos de construcción”, indica Javier Flores, responsable de estudio y análisis de Asinver. “En estos momentos se está produciendo una reducción de los contratos tras un exceso de volumen”, indica el analista. Flores también considera que estas empresas están pagando “sus ofertas de precio demasiado agresivas, donde en algunas adjudicaciones llegaban a incurrir en pérdidas”, indica.

Esta deriva ha influido en el ‘profit warning’, o advertencia sobre los beneficios, de Técnicas Reunidas. La compañía revisó a la baja sus expectativas de márgenes de explotación para 2017 y para los años 2018 y 2019 como consecuencia de la sobrecapacidad operativa que ha mantenido durante todo el ejercicio 2017 y de los sobrecostes que se han generado en algunos grandes proyectos que está finalizando y que no creen posible recuperar.

Un escenario que golpea su cotización en bolsa. Técnicas Reunidas retrocedió un 17% tras hacer público este hecho el pasado 10 de noviembre y acumula una caída del 36% en lo que va de año. Ahora la capacidad de poder remontar el vuelo a corto plazo está en duda, según apuntan los analistas de Renta 4: “Lo más negativo de este ‘profit warning’ es la fuerte presión en márgenes derivada tanto de la menor actividad ante el retraso en el inicio de proyectos como de sobrecostes de proyectos específicos en sus últimas fases de ejecución, con alta incertidumbre en su recuperación en la actual coyuntura de crisis”.

Javier Flores estima que el tiempo medio para que se estabilice la oferta y la demanda en este sector ronda los cinco años. “En este momento estamos en un reajuste, pero es imposible por el modelo de negocio que se pueda dar la vuelta a la situación de un trimestre para otro”, indica el analista. Por otro lado, el responsable de estudio y análisis de Asinver considera que este anuncio de Técnicas Reunidas, que capitaliza 1.340 millones en bolsa, también tiene una influencia psicológica para el sector, debido a que es “el referente del sector anunciando ciertas debilidades”.

DURO FELGUERA, ACREEDORES Y VENEZUELA

Duro Felguera tiene un caso más delicado. La compañía asturiana especializada en la ejecución de proyectos para los sectores energético e industrial está en negociaciones con las entidades financieras acreedoras sobre los vencimientos de deuda y las garantías comerciales. Con fecha 30 de septiembre, acordó de prórroga con Bankia, BBVA, Caixabank, Popular, Sabadell y Santander que extiende el plazo del acuerdo de espera, firmado a principios de julio, hasta el 15 de enero de 2018.

A esta mala situación financiera se une la querella de la Fiscalía Anticorrupción contra el grupo asturiano, su presidente y máximo accionista, Ángel Antonio del Valle, y otras ocho personas físicas y jurídicas por presunto blanqueo de dinero y sobornos en Venezuela. En este país, la compañía ha pasado de facturar 800 millones en 2010 a ingresar 300 millones en 2016. Con unos beneficios que han pasado de 360 millones a un millón en este período.

Pero el principal problema de Duro Felguera es la rebaja de su cartera de pedidos, que ha sufrido una caída del 38% en este 2017, hasta los 918 millones. Un fenómeno producido por la cancelación de cuatro contratos. Un escenario que también han golpeado a sus acciones. La compañía, que capitaliza 78 millones de euros, retrocede un 93% este año. Los expertos de Ahorro Corporación indican que lo negativo de la pérdida de la cartera de pedidos deriva de su difícil situación financiera y de las negociaciones de la compañía para refinanciar la deuda. Por lo tanto, un círculo negativo que dificulta que la compañía pueda salir de esta inercia.

ABENGOA TIENE EL VIENTO EN CONTRA

Abengoa no es menos en el sector. La compañía de ingeniería sevillana tuvo que recurrir a una reestructuración financiera aprobada el pasado mes de marzo para solventar una crisis que estuvo a punto de echar a pique la empresa. Dicho plan, que incluía una importante quita de deuda, le supuso un impacto contable de 6.205 millones que explica los beneficios

A 30 de septiembre de 2017, la empresa empleaba a 13.471 personas, un 22,55% menos que hace un año, cuando contaba con 17.349 empleados. Sus acciones B han retrocedido un 94% en este período. Además, también continúa la sombra judicial sobre Abengoa. El expresidente de la compañía Felipe Benjumea está acusado de administración desleal y para el que el fiscal solicita cinco años de prisión.

UNA NO COTIZADA QUE TAMBIÉN SUFRE

Isolux lucha su supervivencia. El grupo global de ingeniería, construcción y mantenimiento se acogió finalmente al proceso concursal el pasado julio tras dos años de negociación con los bancos acreedores y un año después de que estos rescataran a la empresa tomando el control de su capital. La firma se acogió al concurso con un 'agujero patrimonial' de 802 millones de euros, una deuda financiera de 1.270 millones y adeudos a proveedores.

La administración concursal de la empresa que preside David Pastor ha presentado este lunes formalmente su anunciado el expediente de regulación de empleo (ERE) para todos aquellos trabajadores de la empresa, actualmente de unos 575 efectivos, que no sean subrogados por quienes compren la empresa o algunos de sus negocios.

ESPAÑA NO AYUDA

Estas empresas sufren más en su propio territorio. Según los datos de Foro para la Ingeniería de Excelencia (FIDEX), en 2016 el importe total licitado fue de 439 millones de euros en servicios de ingeniería, un 83% menos que en 2007, cuando superó los 2.600 millones. No obstante, algunas partidas empiezan poco a poco a recuperarse, como la del Ministerio de Fomento, que en 2016 licitó ingeniería por valor de 216 millones de euros, la mejor cifra de la década en curso.

No obstante, las grandes empresas de ingeniería en España han acelerado su internacionalización desde 2007 ante la caída de inversión en nuestro país por parte de las Administraciones. En concreto, si entonces gran parte de ellas tenían el 40% de su negocio en los mercados internacionales, en la actualidad éste representa el 90%. Un escenario que como señala Javier Flores generará “víctimas y generará nuevos actores”. Por último, el analista de Asinver recomienda alejarse del sector por el riesgo, “pero no hay que perder vista a la empresas de ingeniería porque habrá un momento que serán una gran oportunidad”.

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