Europa

Las compras que acompañaron al euro tras la publicación de las actas de la reunión de enero del Banco Central Europeo (BCE), han retrocedido en las últimas horas, después de que los operadores se haya dado cuenta de que su contenido no ha revelado nada nuevo. Además, la preocupación por la evolución del tipo de cambio y por la fortaleza del euro, admitida por el miembro del consejo del supervisor monetario, Jan Smets, ha impactado en la moneda comunitaria, que vuelve a los 1,2300 dólares.

Después de varias jornadas deprimida y de haber caído a un mínimo de una semana en los 1,2250 dólares, la moneda comunitaria se recuperó hasta los 1,2350 dólares este jueves, impulsada por la certeza de que el banco central se encamina hacia un endurecimiento de su política monetaria. El euro va camino de cerrar la semana con una caída del 0,9%. “Pero en realidad, las actas tuvieron más de ‘paloma’ que de ‘halcón’”, señalan los analistas de Danske Bank. No obstante, siguen apostando por lo que el mercado da más que descontado: que en la reunión del mes de marzo se revise la comunicación de la entidad presidida por Mario Draghi.

Así, poco después se borraron las ganancias en la divisa europea por una combinación de factores que pasa porque los inversores “han digerido el contenido de las actas y porque han vuelto a concentrarse en los riesgos políticos que se ciernen sobre Alemania e Italia en la próxima semanas”, explica Stephen Innes, analista de Oanda.

Además, se han hecho públicos los comentarios del gobernador del Banco de Bélgica quien, en una conferencia en Bruselas, ha reconocido que el tipo de cambio es un “motivo de atención” para el banco central. Pero ha añadido, en línea con el contenido de las actas, que “solo si, como dijimos la última vez después de nuestra reunión de política monetaria en Frankfurt, esta volatilidad se vuelve excesiva, cuando ciertos niveles se incumplen debido a un exceso, debido a una política de devaluación para aumentar la competitividad, pueden surgir problemas”.

Jan Smets también ha reconocido que “a priori, el objetivo (de inflación) no se ve favorecido por la apreciación del euro”. La divisa se había encarecido un 15% en 2017 y, en lo que llevamos de año, lo ha hecho otro 3%, a pesar del agotamiento mostrado esta semana, después de alcanzar nuevos máximos de más de tres años en los 1,2550 dólares el 16 de febrero.

EL APETITO POR EL RIESGO IMPULSA AL DÓLAR

Entre los motivos de la falta de empuje en la moneda europea destaca, indudablemente, que el dólar ha vuelto a ganar impulso por un tímido incremento del apetito por el riesgo entre los inversores. La caída del rendimiento de los bonos desde máximos de cuatro años había lastrado al ‘billete verde’ la pasada madrugada, pero la estabilización de la renta fija estadounidense ha permitido a la moneda de EEUU volver a ganar terreno.

El yen se ha depreciado, de nuevo, más allá de las 107,00 unidades contra el billete verde, pero la libra en cambio, se recupera después de haber caído a mínimos de una semana en la sesión del jueves en los 1,3857 dólares.

“Los inversores tienen en mente los comentarios del Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés), favoreciendo un endurecimiento de sus políticas, que deberían llevar a la libra esterlina al alza. El par cable (libra/dólar) aún se encuentra por debajo de los 1,40 dólares y, aunque los mínimos crecientes y decrecientes indican debilidad, creemos que es solo cuestión de tiempo antes de que el par regrese por encima de los 1,40 dólares, afirma Kathy Lien, analista de BK Asset Management.

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