MADRID, 26 AGO. (Bolsamania.com/BMS) .- “La Reserva Federal dispone de una serie de herramientas que podría emplear para proporcionar estímulos monetarios adicionales. Ya discutimos en la reunión de agosto las ventajas y los inconvenientes de ponerlas en marcha. Continuaremos considerándolas, así como estudiando otros temas pertinentes, incluidos por supuesto, el desarrollo económico y financiero, en nuestra reunión de septiembre, que se desarrollará en dos días (20 y 21 de septiembre), en lugar de en uno como estaba prevista, para que el debate sea más amplio. El Comité continuará evaluando las expectativas económicas con la información recibida y está preparado para emplear esas herramientas si fuera apropiado para promover una recuperación económica más fuerte en un contexto de estabilidad de precios”.

Estas son las palabras más interesantes del discurso de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, durante el simposio económico de Jackson Hole. Tan importante es lo que ha dicho como lo que no ha dicho.

En este sentido, Bernanke no ha mencionado explícitamente ninguna de las opciones que puede tomar la Reserva Federal para promover el crecimiento a corto plazo, “más lento de lo esperado” según sus propias palabras. Además, ha reconocido que hay “factores permanentes”, como la combinación de “crisis financiera y crisis inmobiliaria”, que impiden a Estados Unidos salir de la recesión como en ocasiones anteriores.

Bernanke también ha lanzado un mensaje a la clase política, al recordar que “la rebaja de rating de S&P y el debate público sobre el techo de deuda han afectado a la confianza de los consumidores. Las negociaciones que tuvieron lugar durante el verano perturbaron a los mercados financieros y probablemente a la economía también. Eventos similares en el futuro son una seria amenaza para la disposición de los inversores internacionales por mantener activos financieros de Estados Unidos e invertir directamente en la creación de empresas”.

Bernanke ha añadido que “aunque los detalles tengan que ser negociados, los políticos deberían considera el desarrollo de un proceso más efectivo para fijar objetivos claros y transparentes para el presupuesto, junto a mecanismos presupuestarios para establecer la credibilidad de esos objetivos”.

C.P.O.
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