• Se trabaja con la hipótesis de un problema en el tren de aterrizaje
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El accidente del avión de transporte militar en el que han fallecido cuatro personas, al estrellarse cerca del aeropuerto San Pablo de Sevilla, abre grandes incógnitas sobre el proyecto de fabricación del modelo A400M de Airbus. La compañía tiene ahora que responder ante los países que participan en el programa e incluso Alemania y Reino Unido han ordenado paralizar los vuelos de este modelo.

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El gabinete de crisis de la empresa aeronáutica está trabajando para dar explicaciones a sus clientes, los países que conforman la Organización Conjunta de Cooperación en Materia de Armamento (OCCAR): Alemania, Bélgica, España, Francia, Luxemburgo, Turquía y Reino Unido, que se unió en 2005, que acordaron comprar 180 unidades. Alemania, en concreto, tiene un avión A400M desde finales de 2014, pero ha encargado un total de 53 unidades. Reino Unido, por su parte, tiene dos aviones de este tipo. Además, datos oficiales confirman que ya se han comercializado 23 aeronaves del modelo A400M a los Ministerios de Defensa de los países socios del proyecto.

El coste del programa ronda los 31.000 millones de euros, de los que los países miembros aportan 21.500. Las pretensiones eran llegar a vender 400 unidades. El primero se entregó el 30 de septiembre del año pasado.

Ya se han comercializado 23 aeronaves del modelo A400M

El Gobierno español, por su parte, se ha comprometido a la compra de 27 modelos de avión siniestrado y la primera entrega estaba prevista para el inicio de 2016. No es de extrañar que desde el Ejecutivo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acompañado por la ministra de Fomento, Ana Pastor, reclame “la máxima transparencia posible” a Airbus. Además, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, se reunirá este domingo con sus homólogos en Francia y Alemania. “Un suceso de estas características no es lo mejor que le puede ocurrir a una industria como la nuestra”, añadió, según explica El Confidencial.

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Las consecuencias que se barajan tras el siniestro son imprevisibles. Por ahora, desde la empresa aeronáutica se trabaja con un grupo de “asesores técnicos” para esclarecer la causa del accidente y la compañía deberá llevar a cabo una exhaustiva investigación para esclarecer los motivos de la catástrofe.

La información que ha trascendido hasta la fecha, cuenta el medio, es que se trabaja con la hipótesis de un problema con el tren de aterrizaje. El avión, numerado como MSN023, despegó del aeropuerto de Sevilla, acababa de ser ensamblo y realizaba su primer vuelo de pruebas, explican fuentes de la compañía, y estaba destinada a ser la tercera del pedido encargado por Turquía.

Testigos del accidente aseguran que el avión, de gran tamaño, surcaba el cielo cuando, de repente, se escuchó una explosión “brutal y terrorífica”, viéndose en las inmediaciones del aeropuerto sevillano una “gran columna de humo”. Los mismos testigos comentan que la nave intentó un aterrizaje de emergencia antes de estrellarse. En la maniobra arrasó una torre alta tensión de Endesa que cortó el suministro en varios puntos de la ciudad, relata El Confidencial.

Se escuchó una explosión “brutal y terrorífica”

El siniestro dejó cuatro víctimas, todas de nacionalidada española y trabajadores de Airbus, mientras los dos heridos siguen hospitalizados. Se les ha realizado varias intervenciones quirúrgicas y de momento están estables.

INEFICIENCIAS SIGNIFICATIVAS EN EL PROCESO

Todas las miradas se centran ahora en las idas y venidas que ha habido sobre el proyecto de Airbus. La compañía ha emitido un comunicado en el que ha dicho sentirse “devastada” ante las consecuencias de la catástrofe, pero en declaraciones anteriores, el consejero delegado del consorcio aeroespacial europeo Airbus Group, Tom Enders, había reconocido que los problemas en el A400M, cuyo ensamblaje final se realiza en la planta de Sevilla, no son la "situación idónea", ya que lleva a "ineficiencias significativas".

A finales de enero de este año, Enders pidió disculpas en Londres ante diferentes instituciones por la marcha que estaba teniendo el programa A400, que no avanzaba según los plazos previstos, según informa Europa Press.

Esto lo hizo después de que Domingo Ureña, vicepresidente de la división de aeronáutica militar de Airbus Defense and Space, dejara su cargo y fuera sustituido por Fernando Alonso Fernández.

En la rueda de prensa de presentación de los resultados de 2014, Enders admitió que queda "mucho trabajo pendiente" en Sevilla, algo que no es "nada usual" en esta fase del programa, pero defendió que es una planta "maravillosa", una de las más nuevas y en las que se ha invertido "muchísimo".

AVIÓN MILITAR DE GRANDES DIMENSIONES

El A400M, o Grizzly, es el avión militar de hélice más grande del mundo, explica El País. La intención de Airbus es que sea el modelo más versátil de su gama, con una capacidad de hasta 30 toneladas de carga. Su peso es de 80 toneladas y puede volar a 555,6 kilómetros por hora —casi la velocidad del sonido (0,72 mach)— con 100.000 kilos de combustible. Cuenta con dos turbinas con hélices que desarrollan una potencia en el eje de 11.000 caballos cada una y en todo el aparato hay desplegado un centenar de ordenadores.

Uno de sus múltiples usos puede ser convertirse en un hospital móvil con 66 camillas o 166 personas desde Madrid hasta cualquier tipo de pista a 6.000 kilómetros de distancia sin repostar.

Toda esta estructura se somete a más de 150 pruebas en su fase final. En vuelo, el centro de ensayos de Sevilla analiza más de 40.000 parámetros e intercambia más de 200.000 indicadores.

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