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Las últimas informaciones sobre algunas vacunas contra el coronavirus, así como la decisión por parte de ciertos países de paralizar la inoculación de las dosis de AstraZeneca y Janssen por posibles vínculos entre casos de trombosis y los fármacos, han hecho que muchos ciudadanos tengan recelos a la hora de inmunizarse, lo que ha ocasionado la disminución del ritmo de vacunación en España.

Es por esto por lo que investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han decidido elaborar un decálogo en el que aportan argumentos científicos para convencer a las personas escépticas de vacunarse contra la Covid-19, incidiendo en los beneficios que aportan estas vacunas.

Los investigadores recuerdan que, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), alrededor el 6,5% de la sociedad española no está dispuesta a vacunarse cuando llegue su turno y el 5% aún tiene dudas sobre estas terapias o no ha decidido si lo hará, un porcentaje que se ha ido incrementando estos días debido a las últimas noticias.

Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, tras conocerse la decisión de Sanidad de vacunar únicamente a los mayores de 60 años con AstraZeneca, tan solo acudieron a la cita para inmunizarse 10.800 personas de las 29.000 citadas.

DECÁLOGO PARA CONVENCER A ESCÉPTICOS

Los investigadores de la UOC proporcionan los 10 siguientes argumentos:

1. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, pero sus beneficios son muy superiores a los riesgos que se asumen.

2. Desde el comienzo de la vacunación, los fallecimientos en residencias de ancianos se han reducido drásticamente.

3. Las vacunas son las terapias más seguras y los posibles riesgos de las vacunas son poco probables.

4. Las vacunas basadas en ARN se llevan estudiando desde hace veinte años.

5. Los riesgos derivados de la Covid-19 son muy superiores, con riesgo de muerte, que las poco frecuentes trombosis derivadas de las vacunas.

6. No realizar una vacunación masiva prolongará la pandemia durante mucho más tiempo. No existen certezas, pero no hacer nada no va a mejorar la situación.

7. La vacunación masiva permite la vuelta a la normalidad y la recuperación paulatina de la normalidad.

8. Si ante una primera dosis no ha habido reacción, el riesgo de sufrir algún tipo de efecto secundario con la segunda dosis es mínimo.

9. Los profesionales sanitarios y el personal de residencias han sido los primeros colectivos en vacunarse y los efectos secundarios graves apenas han existido.

10. Vacunarse es un acto altruista: no solo se protege uno mismo, también contribuye a la protección de toda la sociedad, especialmente de aquellas personas inmunodeprimidas que no pueden optar a este tipo de terapias.

ARGUMENTOS PARA NO VACUNARSE REBATIDOS

Hay muchas personas que tienen miedo acerca de las posibles reacciones que pueda acarrear vacunarse. "Hay que ser consciente de que todos los fármacos tienen efectos secundarios y estas vacunas no son diferentes de los miles de fármacos que nos hemos puesto antes y que nos ponemos cada día", detalla el médico Salvador Macip i Maresma, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Salud en la UOC.

De hecho, al contextualizar la información, se demuestra que en colectivos tan vulnerables como las personas mayores, más propensos a tener problemas de salud y complicaciones, las defunciones en residencias han pasado de ser más de 700 semanales en enero y febrero a solo dos en marzo, según los registros del IMSERSO, una caída atribuible a la vacunación masiva en estos centros sociosanitarios durante los primeros meses del año.

Ante la rápida llegada de las vacunas que también puede causar dudas, Macip explica que "en Europa se están administrando vacunas muy innovadoras, pero esto no quiere decir que sean nuevas o que se hayan inventado hace un año. Las vacunas de ARN se propusieron hace veinte o treinta años y desde entonces se lleva investigando en su desarrollo. Es más, ya se estaban haciendo ensayos clínicos antes de la pandemia, pero al haber una pandemia y una fuerte inversión se han acelerado los resultados".

Manuel Armayones, experto de la UCO, coincide con otros investigadores internacionales en que el principal reto para vacunarnos estará en lograr que el nivel de motivación sea alto.

Para ello, los mensajes, además de ser fácilmente comprensibles, deben adecuarse a cada colectivo o grupo social, escuchando sus dudas y ofreciendo respuestas claras. Otra estrategia para aumentar la motivación es incluir como modelos para seguir a referentes o personas influyentes que puedan convencer con su ejemplo a las personas que aún puedan dudar.

Además, los investigadores creen que se ha de hacer hincapié en la información veraz y contrastada, de fácil comprensión para el público en general que explique los datos en su contexto, no destacando únicamente los acontecimientos puntuales, como los trombos derivados de algunas terapias, poco frecuentes.

"Debemos explicar a las personas los beneficios sociales que como colectivo vamos a ir teniendo debido al aumento de la vacunación y a la inmunidad de rebaño. De este modo, generando esperanza en la población, subrayando el gran esfuerzo colectivo en la vacunación, la mayoría del conjunto social asume ese esfuerzo en la consecución de un objetivo común", recalca Armayones.

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