- -0,545€
- -2,81%
Endesa ha obtenido un resultado neto atribuible de 292 millones en el primer trimestre, un 51% menos que en 2023 cuando se registraron impactos positivos derivados del contexto de mercado. Los ingresos de la compañía en el periodo descendieron un 26%, hasta 5.547 millones, mientras que el EBITDA cayó un 26%, hasta 1.079 millones.
La compañía ha explicado que inicia 2024 "en una situación de progresiva normalización del mercado energético" tras las extraordinarias circunstancias vividas el ejercicio anterior. "Prueba del cambio de tendencia es la caída de precios del 53% por una coyuntura de alta producción renovable, especialmente hidráulica, y una demanda débil", ha señalado. No obstante, los futuros y los modelos de la empresa apuntan a un precio medio de 60 euros /MWh en el medio y largo plazo.
Noticia relacionada
¿Qué niveles debería superar Endesa para volver a la senda alcista?La compañía ha recordado que, en el primer trimestre de 2023, marcó el récord histórico de EBITDA de la empresa en un arranque de año. En este sentido, ha dicho que en la evolución del EBITDA en este primer trimestre de 2024 se observa la normalización del negocio de generación convencional, en el que se incluye tanto la producción térmica (gas) como el negocio de gas, y la aportación positiva del resto de segmentos de negocio.
La disminución del EBITDA ha repercutido en el descenso del beneficio neto, así como el impacto del impuesto extraordinario del 1,2% sobre ventas, al no ser deducible, ha precisado.
Endesa ha confirmado la consecución de los objetivos marcados en el 'Capital Markets Day' y vuelve a hacer un llamamiento a la mejora y actualización de la regulación del negocio de distribución eléctrica para permitir la Transición Energética.
La compañía ha dicho también que está implementando "una aproximación más selectiva en su política de inversiones". Del total de capex del trimestre, que alcanzó los 412 millones manteniéndose estable respecto a 2023, el 45% fue a redes y otros 26% a renovables.
José Bogas, consejero delegado de Endesa, señala sobre este inicio del año: “La gestión de la situación de volatilidad en el mercado es clave para la sostenibilidad de nuestro negocio y la recuperación de la senda de crecimiento. Nuestra estrategia integrada proporciona protección a nuestro negocio liberalizado, al tiempo que crea valor de forma constante para nuestros accionistas. En el capítulo regulatorio, me gustaría recordar una vez más que una remuneración justa es necesaria para el negocio de distribución eléctrica, que permita incentivar las inversiones. Sin redes bien dimensionadas y resilientes, la transición energética no será posible”.
Endesa ha cerrado el primer trimestre con un flujo de caja de 167 millones. Ello tras al pago del laudo arbitral con Qatar, sin el cual esta magnitud se hubiera situado en 700 millones de euros.
En cuanto a la evolución del endeudamiento, la deuda neta se incrementó hasta 11.300 millones por las inversiones y el pago del dividendo a cuenta. La deuda bruta se mantiene estable en 13.800 millones. Todo ello lleva a Endesa a mantener una ratio de deuda neta sobre EBITDA -2,8 veces respecto de las 2,4 de 2023- y de flujo de caja sobre deuda neta del 44%.