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Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EEUU

Cuando la Fed celebró su reunión de política monetaria a mediados del pasado mes de diciembre, el banco central de EEUU y su presidente, Jerome Powell, lanzaron tres mensajes al mercado que no gustaron a los inversores. Esto provocó fuertes pérdidas en Wall Street, que amplió su corrección de manera importante hasta marcar mínimos anuales de 2018 el pasado 26 de diciembre.

La gran caída del 20% que acumularon los índices neoyorquinos obligó a Jerome Powell a rectificar rápidamente esos mensajes lanzados. Y este cambio de enfoque tuvo su confirmación definitiva este martes, tras la reunión de política monetaria que mantuvo el banco central más poderoso del mundo. Estos son los tres mensajes que han gustado a los inversores.

LA FED SERÁ "PACIENTE" CON LOS TIPOS DE INTERÉS

En diciembre, la Fed mantuvo en su comunicado la referencia a la necesidad de "subidas graduales de los intereses", algo que decepcionó a unos inversores que ya estaban muy preocupados por la previsión de un menor crecimiento económico a nivel mundial.

Powell ya comentó en enero que había "escuchado seriamente" esos mensajes de preocupación que había mandado el mercado. Y en su comunicado de enero, la Fed ha eliminado completamente esa referencia a "subidas graduales de los intereses" y la ha sustituido por la promesa de que será "paciente" a la hora de establecer su política monetaria.

A la hora de justificar este cambio de enfoque, la Fed mencionó en su comunicado "los acontecimientos económicos y financieros globales y las nulas presiones inflacionistas". Posteriormente, Powell detalló entre los riesgos la guerra comercial que mantienen China y EEUU, la incertidumbre sobre el Brexit y los débiles datos económicos que se han publicado en China y la zona euro, además del cierre del Gobierno en EEUU.

EL ESCENARIO PARA SUBIR TIPOS "SE DEBILITA"

El segundo mensaje que ha gustado al mercado fue el hecho de que Powell comentara que "el escenario para subir tipos se ha debilitado", incluso a pesar de que la Fed sigue siendo optimista con la evolución económica de EEUU. En el comunicado, el banco central precisó que observa una "expansión sostenida de la actividad económica, unas sólidas condiciones del mercado laboral y una inflación cerca del objetivo del 2% como los acontecimientos más probables".

Pero si en diciembre este escenario requería "subidas graduales de los tipos", ahora el enfoque ha cambiado por las "nulas presiones inflacionistas" que observa el banco central en EEUU. Esto otorga al FOMC, el Comité Federal de Mercado Abierto que decide la política monetaria, un margen considerable a la hora de ajustar los intereses.

EL BALANCE SERÁ MAYOR Y SU REDUCCIÓN TERMINARÁ ANTES

Por último, aunque no menos importante, Jerome Powell fue muy explícito al comentar que "la reducción del balance se completará antes de lo esperado" y que el tamaño de ese balance será "mayor de lo estimado inicialmente". Esto implica que el conocido como 'endurecimiento monetario' (quantitative tightening), el proceso mediante el cual la Fed adelgaza su balance en 50.000 millones de dólares, puede terminar a final de año o principios de 2020.

Este proceso equivale a tres subidas de tipos anuales, según cálculos de la propia Fed. Oxford Economics espera que el balance siga reduciéndose su balance “hasta junio de 2020”, lo que le permitirá adelgazarlo desde los “4,26 billones de dólares de su máximo histórico hasta unos 3,2 billones de dólares”.

Aunque las previsiones de otros analistas indican que el balance podría reducirse hasta 3,5 billones, por lo que el proceso acabaría a finales de este mismo año. Los inversores también han valorado de forma muy positiva este anuncio, ya que pone fin a una de las incertidumbres que mantenían sobre este asunto.

En definitiva, tanto Powell como la Fed han confirmado un importante cambio de enfoque que ya habían anticipado en las últimas semanas. El presidente del banco central ha comentado que "mi única motivación es hacer lo correcto para la economía", pero es evidente que el desplome de Wall Street le ha obligado a rectificar su política monetaria.

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