Rato_Bankia

Muy lejos están los 15 millones de euros de las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia de los miles de millones de dinero público que necesitó la entidad para evitar la quiebra y del impacto en la economía que ha tenido pedir un rescate internacional. Sin embargo, como dijo el subgobernador del Banco de España y presidente del organismo público que ostenta la participación en Bankia y que mandó el asunto de las tarjetas opacas a la Fiscalía, su impacto social es llamativo.

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Por eso en el Partido Popular le dan la espalda ahora a Rodrigo Rato, y no cuando Bankia quebró bajo su dirección después de una salida a bolsa anunciada con bombo y platillo y que hoy la justicia investiga si fue un fraude orquestado por el exministro de Economía de José María Aznar. Un hombre que vio inflarse la burbuja inmobiliaria y que ocupaba la dirección gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando estalló el sistema financiero de Estados Unidos, pero cuyo mayor pecado para sus compañeros y para sus simpatizantes, es haber gastado en alcohol, comidas, fiestas nocturnas, trajes, regalos... con una tarjeta “B” pagada por una entidad a la que hubo que rescatar.

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El miércoles, el Comité de Garantías del PP se limitaba a abrir un expediente a los implicados del partido en los llamados “gastos black”, y condicionaba su expulsión “lo que resulte de la investigación de la Agencia Tributaria”. Un día después, el juez acusaba a Rato de Administración Desleal y de consentir y participar del uso de esas tarjetas. El resultado: una fianza civil de tres millones de euros que debe depositar antes del miércoles, el mismo día en el que además vuelve a reunirse ese Comité de Garantías que decide sobre su futuro en el partido.

Desde las páginas de El Mundo, Lucía Méndez asegura que “ni el presidente ni ningún miembro de la dirección quieren hablar con Rato (…) El ex ministro está totalmente aislado en el partido y varios dirigentes exigen a Mariano Rajoy que lo expulse ya”. Fuentes de la dirección del PP citadas por el diario aseguran no entender cómo Rato cayó en la práctica de las tarjetas y aseguran que “no tiene un pase”.

La renuncia debería salir de él

Además, advierte el rotativo que Rajoy le otorga a Rato el mismo tratamiento que al extesorero encarcelado, Luis Bárcenas, porque tampoco le mena: “Esa persona por la que usted se ha interesado”, dijo la semana pasada al ser preguntado por el expresidente de Bankia y con el que un día se disputó el liderazgo del partido.

Rato sonó como sucesor de Aznar y como futuro presidente del Gobierno pero, hoy, “el escándalo de las tarjetas nos está haciendo mucho daño”, dicen en Génova, donde algún veterano espera que sea él quien renuncie: “Es algo que tendrían que salir de él”.

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