Merkel_Varoufakis_Tsipras

El semanario británico The Economist advierte estas semana sobre las "relaciones peligrosas" entre Grecia y Alemania, y personaliza la tensa interactuación entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, que cenarán juntos este lunes en Berlín.

Desde Reino Unido, la publicación critica que Tsipras haya usado como arma arrojadiza contra Alemania referencias a las reparaciones por la Segunda Guerra Mundial, así como amenazas para nacionalizar activos germanos en Grecia. "No van a resolver los problemas económicos de Grecia", advierte el semanario, tras una semana en la que se ha vuelto a poner sobre la mesa la salida de Grecia de la Zona Euro, "Grexit" (Greece/exit), o el ahora llamado "Grexident" (Greece, exit y accident), lo que sería una salida "accidental" del país del área monetaria común.

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Para The Economist la crisis griega no es sólo un desastre económico, también geopolítico tras el intento del nuevo Gobierno de Grecia de intentar suavizar sus relaciones con la Rusia de Vladimir Putin o exigir las reparaciones de guerra que recibió. El semanario habla de "tufillo de chantaje" y espera que Tsipras aproveche dos citas importantes esta semana: la cumbre europea en Bruselas y su cena con Merkel el lunes para destensar las relaciones y propiciar un acuerdo sobre la deuda del país.

Si no cede pronto, Tsipras puede descubrir que sus posibilidades se han agotado

La publicación enumera amenazadas que distintos miembros del Gobierno de Tsipras han lanzado en los últimos días, como la expropiación de los edificios del Goethe Institut alemán ubicados en Grecia, pero subraya con especial hincapié la intención del primer ministro heleno de reunirse con Putin a comienzos de abril. El encuentro se produciría en medio de las tensiones entre Moscú y Europa, por las sanciones impuestas desde Bruselas al Gobierno ruso debido a su intervención en el conflicto de Ucrania.

Desde las páginas de The Economist se da por sentado, no obstante, que la mejor solución para ambas partes, Grecia y Alemania, es que el país heleno siga dentro del Euro. Por eso definen de "cruciales" las dos reuniones de la semana que viene, tanto la cena a dos como la cumbre en Bruselas. Mencionan el encanto personal de Tsipras y la fuerza de Merkel para esquivar los chantajes, por lo que se muestran esperanzados, pero indican una drástica opción para que la canciller se sienta más cómoda: que Tsipras reemplace a su locuaz ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, por alguien más pragmático. Un movimiento que además podría ayudarle a acercarse más a sus socios en el parlamento griego, los conservadores Griegos Independientes, y a los moderados de Potami. Apoyos en casa, donde la desilusión porque Syriza no pueda cumplir con sus promesas antiausteridad son una realidad.

Sentencia el semanario: "Bajo el mandato del señor Tsipras, Grecia ha ido dilapidando sus oportunidades para llegar a un acuerdo con el resto de la Zona Euro. Si no cede pronto, puede descubrir que sus posibilidades se han agotado".

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