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Los cazadores de gangas deberían pensárselo dos veces antes de seguir entrando en el oro o la plata en busca de rentabilidades, ya que el apetito de los inversores por los activos refugio todavía disminuirá más a medida que se recupera el crecimiento mundial. Por lo tanto, los metales preciosos, que sufrieron lo que en la jerga de mercado se conoce como un ‘flash crash’ este lunes, un súbito y agudo desplome de los precios fruto de las condiciones de mercado, no “presentan oportunidad de compra”, indican los expertos de Julius Baer.

Según estos analistas, “la demanda de valores refugio debería desvanecerse más, lo que hará que los precios bajen un poco”. El oro cotiza justo por debajo de 1.750 dólares, tras un desplome hasta 1.677 dólares la onza aproximadamente, "casi en el mega soporte a largo plazo de los 1.675 dólares la onza”, comenta Jeffrey Halley, analista de Oanda. “Con una liquidez entre nula e inexistente, está claro que cuando el oro atravesó los 1.750 dólares la onza, se desencadenó un bucle de retroalimentación negativa en cascada de ventas con stop-loss en un mercado sin ofertas”, comenta el experto.

En cuanto a la plata, también se desplomó desde los 24,3460 dólares la onza hasta los 22,1020 dólares la onza, por lo que parece, "en sintonía con el oro y probablemente se produzca una liquidación cruzada de metales", señala Halley. Ambos protagonizaron repuntes igualmente espectaculares el lunes por la mañana.

Las causas hay que buscarlas en que los mercados del oro y la plata no se centraron en la pandemia, sino en el informe sobre el mercado laboral estadounidense del viernes, que fue mejor de lo esperado. Ante la aceleración de las contrataciones y la reducción del índice de desempleo, los operadores se vieron sorprendidos por la subida del dólar y de los rendimientos reales de los bonos estadounidenses, a la vez que desencadenaron una venta de los precios de ambos metales preciosos.

Más allá de esta caída repentina, al dejar de lado las informaciones sobre los avances de la variante Delta y centrarse en la fortaleza del mercado laboral de EEUU, vector de la futura reducción de estímulos de la Reserva Federal (Fed). “Los mercados del oro y la plata transmiten el mensaje de que el impacto económico de la variante delta debería ser muy limitado y que la recuperación debería continuar”, explican desde Juluis Baer.

En concreto, estos analistas esperan “una menor demanda de refugio seguro en el futuro”. Las tenencias de productos con respaldo físico, nuestro indicador preferido de los 'safe havens', se mantuvieron en un rango muy amplio durante las últimas semanas. Por lo tanto, “los inversores no se han visto atraídos de nuevo por los mercados, ni por la variante Delta ni por los menores rendimientos de los bonos reales”, explican. De hecho, “los rendimientos del oro y de los bonos reales parecen haberse desacoplado por ahora, lo que respalda nuestra opinión de que la trayectoria de los precios del oro tiene que ver con mucho más que con los rendimientos”, apostillan.

“Lo más importante son las perspectivas económicas generales, ya que éstas impulsan la demanda de refugio y, por tanto, los precios”, argumentan los economistas del banco de inversión suizo. “Teniendo esto en cuenta, vemos que los precios seguirán bajando. Mientras tanto, la plata ha corregido con más fuerza que el oro, lo que justifica nuestra opinión de ser prudentes”, redondean.

Desde el punto de vista del análisis técnico, sin embargo, el oro sigue siendo alcista a día de hoy en términos de medio y de largo plazo. No obstante "es clave, crítico, que el soporte de los mínimos de marzo en 1.676-1.677 dólares/onza aguante en todo momento", indica José María Rodríguez, analista de Bolsamanía.

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