El euro ha tocado mínimos de 2020, en 1,1060 dólares este jueves a pesar de los comentarios más optimistas de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) Christine Lagarde. En cambio, ha decidido aferrarse a lo esquiva que se ha mostrado la banquera central sobre la revisión de la inflación que el banco central acometerá este año en el marco de la actualización de su estrategia. Con el objetivo de concluir esta tarea hacia finales de año, el mercado encaja que los tipos van a seguir en los niveles actuales por largo tiempo.
"Lagarde ha dado durante gran parte de su conferencia de prensa imputs optimistas sobre la estabilización de la inflación y una mejora en los riesgos para el crecimiento, pero el euro se ha negado a arrrancar un rally", señala Edward Moya, analista de Oanda.
Ya en diciembre, la confianza en las perspectivas estaba mejorando antes del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China y de las elecciones en el Reino Unido, dos riesgos que se han resuelto, mitigando la incertidumbre en los mercados. de hecho, Lagarde ha reconocido que los riesgos derivados de las tensiones comerciales son menos pronunciados tras el acuerdo de 'fase uno' entre EEUU y China.
Otros expertos, ya avisaban que el BCE podía castigar al euro. El organismo emisor mantiene el piloto automático puesto y su objetivo principal será en el futuro inmediato vigilar el impacto de las medidas implementadas en septiembre, que Lagarde ha defendido ya que "se han demostrado efectivas". Mientras esto se produzca, los expertos de Barclays no creen que haya novedades en la política monetaria dado que la mayoría del Consejo de Gobierno del BCE apoya el rumbo actual. Además, su 'forward guidance' se formuló recientemente.
“El euro ha afrontado la cita en una posición incómoda”, escribe por su parte Adrián Aquaro, fundador de Trader College, en una nota para clientes. “Si bien desde los mínimos del año pasado en 1,0880 dólares logró repuntar hasta 1,1238 dólares el 31 de diciembre, nunca pudo alejarse del todo de los mínimos, y su rally fue más consecuencia de la debilidad del dólar que de la propia fortaleza del euro”, explica. “El plan de estímulo del banco central, que incluye además una tasa negativa para los bancos, limitó un alza mayor del euro, que comienza el año en franco declive”, agrega. “Así, la zona de 1,1030 dólares aparece como un soporte clave y su rotura confirmará una caída mayor de la moneda única, que tendrá objetivo en la zona de 1.0900 dólares”, remata.
