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Yacimiento de petróleoMohssen Assanimoghaddam/dpa - Archivo

El petróleo se ha hundido este lunes un 24% (ha llegado a caer un 30%), hasta los 34,36 dólares el barril, y ha registrado su mayor caída desde 1991, tras la ruptura entre la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y el resto de grandes productores y el temor a que se desencadene una guerra de precios. La OPEP y el resto de grandes productores, encabezados por Rusia, fueron incapaces de llegar a finales de la semana pasada a un acuerdo para recortar la producción en 1,5 millones de barriles diarios, tal y como quería el cártel, y poder enfrentar así los efectos del coronavirus sobre la demanda.

Los temores a una guerra del precio del crudo a nivel mundial, sumados a los temores por el coronavirus, han puesto muy nerviosos a los inversores.

El sábado, Arabia Saudí anunció descuentos masivos en sus precios de venta oficiales para abril, y la nación se estaría preparando para aumentar su producción por encima de la marca de 10 millones de barriles por día, según Reuters. El reino actualmente bombea 9,7 millones de barriles por día, pero tiene la capacidad de aumentar hasta 12,5 millones de barriles por día. Esta actuación se interpreta como un ataque directo contra Rusia, según informa 'The Wall Street Journal'.

Una guerra total por el dominio ha estallado entre la OPEP y sus aliados, y ahora los inversores de petróleo se preparan para una carrera hacia los infiernos en los precios, escriben hoy los expertos.

Este domingo, los analistas de Goldman Sachs apuntaron que una guerra de precios podría hacer que los precios del crudo bajaran a 20 dólares por barril, especialmente porque la desaceleración económica causada por el brote de coronavirus reduce la demanda mundial. Esos niveles de precios "comenzarán a crear una aguda tensión financiera y a disminuir la producción de esquisto, así como la de otros productores de alto costo", advirtió Goldman.

"La estrategia saudí de choque impulsará a los mercados petroleros a un período de incertidumbre radical. El rechazo de Rusia era una cosa, pero el aumento de la producción saudí es otra muy distinta", apunta Stephen Innes, jefe de estrategia de mercado de AxiCorp.

"Me temo que el esquisto estadounidense y las arenas alquitranadas canadienses van a tener un año de pesadilla", escribió Jeffrey Halley, estratega principal del mercado de Asia y el Pacífico en Oanda. "La producción se está convirtiendo en una batalla", añade.

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