El euro mantiene el tono bajista de finales de la semana pasada este lunes, cuando se asienta por debajo de 1,13 dólares, mientras trata de encajar los múltiples factores que pesan sobre la eurozona. El pasado viernes, entre la postura ultra acomodaticia del Banco Central Europeo (BCE) y los nuevos cierres y restricciones en Europa, a causa de la quinta ola del Covid-19, la moneda marcó nuevos mínimos de 16 meses en 1,1250 dólares, mientras el aspecto del dólar no puede ser más prometedor.
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El índice del dólar sube un 0,1% hasta 96,1390, por las expectativas de que la Reserva Federal acelere el ritmo de tapering de las compras de bonos para frenar el aumento de la inflación. Los funcionarios de la Fed, Richard Clarida, Christopher Waller y James Bullard, han señalado que el banco central podría empezar a discutir la posibilidad de acelerar sus planes de tapering de las compras de bonos tan pronto como la reunión del 14-15 de diciembre, afirma Lee Hardman, de MUFG Bank.
Una decisión de acelerar el tapering abriría la puerta a que la Fed se planteara subir los tipos de interés a partir del segundo trimestre de 2022, añade Hardman. "El rendimiento implícito en el contrato de futuros de fondos de la Fed de diciembre de 2022 ha alcanzado un nuevo máximo del 0,67%, lo que alienta aún más un dólar estadounidense más fuerte a corto plazo".
En cambio, el euro se ve lastrado por la preocupación que suscita el impacto económico de las nuevas restricciones para contener el aumento de los casos de coronavirus. Después del nuevo confinamiento de Austria, el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, ha advertido de que no se puede descartar otro cierre.
Asimismo, la postura ultra acomodaticia manifestada el viernes por la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, durante el Congreso Bancario Europeo, ha lastrado el euro.
