• Las elecciones de Andalucía ejemplificaron la fuga de votos
  • Los nuevos partidos han capitalizado el descontento frente a los más veteranos
rosa diez, upyd

Izquierda Unida y UPYD llevan años luchando contra el binomio PP-PSOE. Las dos formaciones aspiraban a romper el bipartidismo mucho antes de que Albert Rivera o Pablo Iglesias se dispararan en todas las encuestas electorales. Pero ambos partidos se han topado con la realidad: después de meses en un ascenso continuo, los nuevos contrincantes les han arrancado cientos de miles de votos. Algunas decisiones internas, las crisis de identidad y los escándalos han terminado por lapidar su carrera por desbancar a los dos grandes partidos.

Tanto el barómetro del CIS como las encuestas que periódicamente publican servicios de opinión como Metroscopia han dibujado un panorama político con cuatro grandes partidos en el que Izquierda Unida y, sobre todo, UPYD quedan relegados a una mínima representación parlamentaria.

El partido de Albert Rivera es el que más ha crecido en lo que llevamos de año

El último estudio de Metroscopia otorga a Podemos un 22,1%, PSOE 21,9%, PP 20,8% y Ciudadanos 19,4%. Precisamente, el partido de Albert Rivera es el que más ha crecido en lo que llevamos de año. Si en enero obtenía un 8% de los apoyos, en abril alcanza el 19,4%. El camino opuesto ha seguido la formación de Rosa Díez: en enero obtenía el 5% de los sufragios y en abril se desplomaba al 2%, lo que incluso podría dejarla sin ninguna representación parlamentaria. ¿Pero qué ha llevado a las dos formaciones a esta situación?

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IZQUIERDA UNIDA Y SUS CRISIS INTERNAS, UN VOLCÁN EN ERUPCIÓN

El rompecabezas para Izquierda Unida ha llegado en forma de escándalos internos. Aunque en los últimos años el descontento social hacia el PSOE había elevado la intención de vota de la federación izquierdista, el despegue fulgurante de Podemos ha llevado al partido de Alberto Garzón a convertirse de nuevo en una formación de menor representatividad.

Las crisis internas en Izquierda Unida Madrid han llevado a la formación al caos

Los vínculos de algunos dirigentes en Madrid con las tarjetas opacas de Caja Madrid ha resultado un polvorín para la federación del partido en la región. A ello se le sumó en el tiempo el escándalo de Tania Sánchez, la cual finalmente abandonaría el partido acosada por las supuestas irregularidades llevadas a cabo por sus familiares en Rivas-Vaciamadrid.

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Otras situaciones que han llevado a la formación a perder apoyos han sido los acuerdos en Extremadura y Andalucía con el PP y el PSOE para los gobiernos autonómicos. En un momento en el que la sociedad ha criticado las políticas llevadas a cabo por los dos grandes partidos, para muchos votantes no resultaba racional que la federación que quería hacerse un hueco en medio del bipartidismo se apoyara precisamente en esos dos estandartes.


ROSA DÍEZ, EN SU 'SISTEMA FEUDAL'

UPYD se ha convertido en una olla a presión desde que Rosa Díez y parte de la dirección del partido se negaran en rotundo a formar una coalición con Ciudadanos para las elecciones. El partido de Rivera, que aunque nació en Cataluña ya cuenta con muchas papeletas para dar un gran salto en toda España, ha comenzado a sumar en sus filas a los descontentos de la formación magenta. Por el momento, algunos de los principales nombres del partido, como Irene Lozano o Toni Cantó ya han decidido dejar UPYD mientras Díaz se aferra a su posición el “no” a Ciudadanos.

Varios miembros destacados de UPYD han abandonado el partido por el 'no' a Ciudadanos

La decisión política ha sido el principal detonante de la caída abrupta de apoyos. Desde enero la formación ha perdido un 60% de apoyos, mientras que Ciudadanos se ha disparado casi un 140%. Y aunque UPYD ha sido uno de los partidos más activos en la lucha contra la corrupción presentando querellas contra diferentes políticos y dirigentes, la sociedad ha comenzado a darle la espalda. Los analistas políticos sitúan esa debacle en la relación del partido a la figura de Díaz, muy desgastada tras décadas dedicada a la política en un momento en el que los votantes buscan un cambio.

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