MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

Hoy, quienes defendemos sin complejos la unidad de España y mostramos nuestro hartazgo por las cesiones y bandazos permanentes del Presidente del Gobierno ante los secesionistas catalanes, hemos sido convocados a esta magnífica Plaza de Colón de Madrid.

A todos ellos queremos dar las gracias por esta iniciativa que nos permite a muchos ciudadanos expresar con nuestra presencia lo que queremos decir juntos con nuestra voz. A todos los partidos que habéis hecho posible esta concentración, sin excepción y por igual: muchas gracias

Seguramente muchos de vosotros podéis pensar que dado que han sido los líderes de los partidos políticos los que nos han congregado aquí hoy, también podían ser estos mismos líderes los que tomasen la palabra aquí en esta plaza y se dirigiesen a todos vosotros

Sin embargo, han decidido juntos que hoy no sea así. Y hay una razón poderosa para que hayan tomado esta decisión. Y quieren compartirla con todos vosotros.

Como habéis visto en la convocatoria de esta concentración, días atrás, nos han pedido a todos venir a esta Plaza de Colon sin necesidad de portar o exhibir logotipos o banderas de los respectivos partidos. Lo han hecho así porque hoy aquí a todos nos une una única bandera: la bandera de España.

Y esa misma es la razón por la que los partidos han preferido poner hoy el acento en lo que nos une a todos, dejando las legítimas diferencias entre ellos fuera de esta plaza. Y han hecho bien. Eso les ha llevado hoy a consensuar un único texto, una única idea, un único mensaje. Para que sea el mensaje de todos los que aquí estamos congregados.

Por eso han acordado no ser ellos quienes pongan voz hoy a este manifiesto. Conocen las diferentes sensibilidades que puede haber aquí entre vosotros. Lo saben y las quieren respetar. Las quieren respetar ofreciendo un mensaje de unidad que nos represente a todos y hacerlo a través de unas voces distintas a la suyas para trasladar este mensaje al conjunto de la sociedad española.

Por lo tanto, los partidos políticos y las organizaciones de la Sociedad Civil reunidos en esta concentración queremos manifestar nuestro más enérgico rechazo a la traición perpetrada por el Gobierno de España en Cataluña.

Los acontecimientos de los últimos días suponen una humillación del Estado sin precedentes en nuestra vida democrática. Tras meses de constantes cesiones intolerables y a pocas horas de que el Tribunal Supremo comience a juzgar a los responsables de la ruptura del orden constitucional que se produjo en octubre de 2017, el Gobierno de Pedro Sánchez decidió dar una puñalada por la espalda a la ley y a la justicia aceptando los términos y exigencias impuestos por el Presidente de la Generalitat.

El Gobierno ha cedido al chantaje de aquellos que quieren destruir la convivencia ciudadana en nuestro país y ha renunciado a defender la dignidad de los españoles, con el único objetivo de mantenerse en el poder.

Cedió al recibir con lazos amarillos al presidente de la Generalitat en Moncloa. Cedió al trasladar a los políticos presos a la cárcel de Lledoners. Cedió al aceptar la bilateralidad entre iguales en la reunión de Pedralbes. Cedió al torcer el criterio jurídico de la Abogacía del Estado. Cedió al aceptar las 21 exigencias del secesionismo. Cedió al iniciar unas negociaciones para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, ofreciendo a cambio la soberanía nacional. Cedió al admitir la posibilidad de que hubiera mediadores, relatores, o cualquier otra figura semejante. Cedió en todas las ocasiones en las que debería haber defendido la dignidad de los españoles ante quienes quieren acabar con nuestra democracia y nuestro orden constitucional.

Estas cesiones representan la renuncia del Gobierno de la Nación a cumplir con su obligación de guardar y hacer guardar la Constitución. Su renuncia a preservar la unidad nacional y su incapacidad de garantizar los derechos y libertades de todos los españoles. Estas cesiones pusieron nuestro orden constitucional ante uno de los mayores retos que ha vivido desde su promulgación. Cuando aún seguían en marcha las celebraciones por el 40 Aniversario de nuestro texto constitucional, nos encontramos ante la inaudita situación de que un Gobierno, que tiene la obligación primera y principal de defenderla, ha puesto en serio riesgo su vigencia.

Pero los españoles no estamos dispuestos a renunciar a ella, ni a la convivencia de la que llevamos disfrutando durante cuatro décadas, basada en la igualdad ante la ley, la solidaridad entre los españoles y la libertad.

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