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La presidenta de la Junta y candidata a la reelección, Susana DíazEUROPA PRESS - ÁLEX ZEA

Andalucía es la clave de todo. Ya lo contamos en Bolsamanía hace algunas semanas, en medio de la tormenta perfecta desatada sobre los presupuestos del PSOE: el Gobierno de Pedro Sánchez no movería ficha hasta tener el primer resultado electoral después del 1-O y de su moción de censura contra el PP de Mariano Rajoy sobre la mesa. Pero la irrupción de Vox obliga a los socialistas a reconfigurar su estrategia, ya que el único escenario que no habían contemplado es tamaño castigo en las autonómicas andaluzas.

El partido de Sánchez se había preparado para encajar cierto desgaste en las urnas y sus previsiones contemplaban una división de la derecha, con PP, Ciudadanos y Vox que se restarían votos. Trabajaban con la idea de lograr una victoria que les permitiera repetir en la Junta el pacto de Moncloa con Podemos. Desde ahí, reconstruir sus relaciones con los independentistas catalanes para volver a abordar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pasado el puente de la Constitución. Un triunfo en su eterno bastión reforzaba, incluso, convocar elecciones si ERC y el PDeCAT insistían en su cerrajón sobre las cuentas de 2019.

“El pacto PSOE, PP y Ciudadanos no se va a dar”, señalan fuentes socialistas

Pero la aritmética parlamentaria ha mandado al traste todas estas previsiones y arroja a Sánchez al segundo de sus supuestos: un acuerdo con Ciudadanos. Sin embargo, su posición actual es tan débil que ni siquiera pueden usar la promesa de asientos en la Junta a cambio del respaldo del partido liderado por Albert Rivera a su proyecto presupuestario, como habían contado a Bolsamanía. De hecho, ambas formaciones se han embarcado en sendas carreras para colocar a Susana Díaz y a Juan Marín en el Gobierno autonómico. Pero ninguna de las dos suma, en estos momentos, para atar un Gobierno antes del 27 de diciembre.

“El pacto PSOE, PP y Ciudadanos no se va a dar”, señalan fuentes socialistas. El PSOE rechaza apoyar a “cualquier Gobierno que no esté encabezado por Díaz” -aunque su cabeza ya está en la picota- y los liberales, por su parte, se empeñan en liderar un cambio en la región. Sí hay un punto de acuerdo, por ahora. “Vamos a hacer todo lo posible para que Vox no entre en el Gobierno”, comentan desde el PSOE a este medio, una idea con la que parece coincidir Ciudadanos, que fruto de las tensiones internas y de las presiones de su grupo parlamentario en Bruselas, ha aparcado la posibilidad de un pacto con la ultraderecha.

En este sentido, varias fuentes aseguran que “no va a ser sencillo para Ciudadanos, PP y Vox ponerse de acuerdo”, sin embargo, comentan con cierto pesimismo que este escenario no es descartable ya que “tiene más fuerza la idea del cambio político en Andalucía, encarnado en el PP y los de Rivera, que el hecho de que intenten parar a la extrema derecha”. Por lo tanto, “los resultados de las elecciones andaluzas preocupan porque se vislumbra un Gobierno ultra que podría repetirse en el Congreso”, prosiguen, así que unas Elecciones Generales que “ya estaban lejos, ahora lo están todavía más si cabe”.

TODO VUELVE A ERC

No obstante, sin presupuestos “se puede prolongar la legislatura, pero no tanto como para llegar a 2020”, reconocen, y lanzan la pelota, de nuevo, al tejado de los independentistas. “Si estos partidos quieren seguir en una situación de diálogo, intentar arreglar políticamente la situación en Cataluña deberían optar por aprobar los Presupuestos del Estado”, comentan fuentes parlamentarias a Bolsamanía. “Tarde o temprano, que no haya proyecto presupuestario para 2019 puede llevar a un adelanto de las elecciones y si los resultados no cambian, podría suceder lo mismo que en Andalucía”, apuntan.

Republicanos y postconvergentes guardan un mutismo absoluto y de cara a la galería preparan la estrategia a seguir en los próximos meses, durante el juicio a los políticos presos por el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, y después de la huelga de hambre que han iniciado los diputados del PDeCAT Jordi Sánchez y Jordi Turull. Según ha trascendido, estos fueron los dos principales asuntos que la plana mayor del soberanismo abordó en una reunión, celebrada este domingo en Bruselas, a la que acudieron el presidente de la Generalitat, Quim Torra, el expresidente Carles Puigdemont y una delegación de JxCat, ERC y la CUP. Pero tal como ha podido saber este medio, en la capital belga han coincidido con diputados del PSC, por lo que los contactos entre los socialistas e independentistas son fluidos y constantes.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido una de las pocas que ha hecho alusión directa a la relación entre el resultado en Andalucía y los PGE. Ha afirmado que la "volatilidad de los acontecimientos políticos" hace que "lo que una formación política decía hoy que no podía ser, a lo mejor mañana se lo piensa" y baraja la posibilidad de apoyar unos Presupuestos "que son buenos para España y para Cataluña".

Varias fuentes apuntan a que al menos los republicanos podrían dar su brazo a torcer y respaldar al PSOE, pero no antes de que acabe el juicio a los líderes del ‘procés’ que arrancará próximamente en el Supremo, lo que obliga al Gobierno a prorrogar las cuentas y volver a intentarlo el próximo otoño.

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