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Oriol Junqueras y Pedro Sánchez (archivo)Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

ERC empieza verle las orejas al lobo. A pocos meses de las elecciones catalanas, los republicanos comienzan a notar el desgaste de la estrategia conciliadora con el Gobierno central que han enarbolado desde que el PSOE ganó las elecciones. Las encuestas ya no pintan tan bien como hace unos meses para el partido de Oriol Junqueras y donde antes arrasaban frente a JxCat, ahora se ve un claro frenazo. Entre los republicanos cala la idea de que apoyar las cuentas de Sánchez sólo puede empeorar esta situación, por lo que reclaman que se distancien de los comicios autonómicos.

Sin ir más lejos, el Barómetro del CIS del mes de febrero constata que ERC va a la baja: lograrían un 3,3% de los votos (frente al 3,9% de enero). En cambio, los junteros, que se han unido al diálogo pero sin abandonar la postura de unilateralidad, crecen en el sondeo de este mes, donde se refleja que el partido que lidera Carles Puigdemont se haría con un 1,8% de los votos, frente al 1,4% del anterior barómetro.

En la formación de Oriol Junqueras temen que el decremento de su electorado vaya a peor y el 'sorpasso' a los neoconvergentes que hace unos meses tenían en el bolsillo se les vuelva a escapar de las manos. El calendario político que se está acabando de perfilar de cara a esta primavera-verano presenta una trampa mortal para la evolución de la intención de voto del independentismo: si nada cambia, se solaparán la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y la campaña electoral en Cataluña, que se prevé en mayo o junio. Una coincidencia fatal para el partido de Oriol Junqueras que advierte de que las urnas condicionarán el diálogo y la tramitación del proyecto de cuentas de Sánchez.

Por este motivo, ya empiezan a surgir las primeras voces entre las filas republicanas que aconsejan alejar la aprobación de las cuentas del estado del periodo electoral. Temen que si siguen facilitando la acción de Gobierno del PSOE, prosiga su declive entre los electores. En Cataluña, el independentismo ya consideró a los republicanos unos "traidores" cuando facilitaron con su abstención la investidura del presidente del Gobierno Pedro Sánchez y en la antesala de la negociación presupuestaria, se han vuelto a quedar solos este jueves en la votación de la senda del déficit.

ERC se ha abstenido, mientras que JxCat, que amagó también con votar en este sentido ha acabado por insistir en el bloqueo. El resultado es que el partido de Junqueras ha vuelto a salir en la 'foto' alineado con el PSOE y el Ejecutivo central sin que se haya sacado rédito alguno de esta complicidad, comentan fuentes conocedoras. Es más, tampoco se espera que la mesa de diálogo que ha arrancado este miércoles arroje resultados. O al menos no los deseados. Por lo tanto, el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonès, también se ha mostrado partidario de parar esta negociación durante la campaña electoral, ya que 'esquerra' no considera que le ayude a ganar los comicios catalanes.

El aviso que ha hecho al PSOE es que el proceso electoral condicionará ambos espacios: tanto la negociación de las cuentas que deben reemplazar a los presupuestos del anterior ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, prorrogados desde 2018, como el espacio para resolver el conflicto político en Cataluña. Asimismo, en declaraciones a la Cadena Ser, Aragonès se ha esforzado por desvincular la mesa de diálogo a la negociación presupuestaria. Aunque ha admitido que la postura de ERC de no bloquear las cuentas que debe presentar la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, obedece a la buena sintonía de la reunión del miércoles.

Los socialistas, por su parte, han puesto toda la carne en el asador esta semana para enviar el mensaje de que se ha instaurado un nuevo paradigma en las relaciones entre el Estado y Cataluña. En Moncloa son conscientes de que el apoyo de sus socios catalanes es imprescindible para sacar adelante las cuentas, por lo que también han empezado a encajar que deben flexibilizar el calendario.

Montero, que hasta hace poco defendía completar el proyecto de PGE 2020 antes del verano, ahora ha declarado que prevé tener aprobadas las cuentas "a finales del verano". Aunque la titular de Hacienda ha señalado que "no hay ningún cambio en el calendario", su objetivo temporal sí se ha ampliado, a comparación con enero y ahora se fija como meta que los presupuestos se implementen en el segundo semestre. ERC es clara al respecto e insiste en "preservar los presupuestos de otras dinámicas”, ya que su aprobación "es más difícil" si se hallan en campaña.

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