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Las malas noticias siguen para Turquía. El país que preside Recep Tayyip Erdogan no logra salir del abismo en el que parece haberse sumido, y los datos no dejan de empeorar. No sólo sigue el desplome de la lira, sino que también sigue aumentando el riesgo de impago de su deuda, los conocidos como credit default swaps (CDS), que se sitúan en máximos.

El viernes pasado los CDS de los bonos a 5 años tocaron sus máximos históricos al situarse en los 436,86 puntos básicos. Este lunes parecen haberse relajado ligeramente, aunque siguen en cotas muy altas, concretamente en los 433,41 puntos básicos. En la última semana han subido casi un 26% (+25,95%), y en el último mes el repunte ya suma el 33,03%.

Los CDS son usados por los inversores para cubrir las pérdidas a cambio de una prima, y suben cuando el peligro aumenta. En el caso de Turquía, se refieren al riesgo de que el país no haga frente a sus compromisos financieros con los tenedores de su deuda, y en los últimos días se han disparado ante la crisis que atraviesa el país por el conflicto político y comercial que mantiene abierto con EEUU, y por las mala situación que atraviesa su economía sin que Gobierno ni instituciones hagan nada para paliarla, lo que también ha contribuido a la depreciación de la lira.

Desde principios de año los seguros de impago de la deuda turca han repuntado más de un 110%, situándose muy por encima de los de Grecia, país que hasta ahora era el principal foco de preocupación de los inversores en Europa. Este lunes los CDS griegos se sitúan en los 373,7 puntos básicos. Han subido un 5,36% en la última semana y un 11,32% en el último mes, pero sin embargo han caído un 34,14% en el último año. Su máximo histórico es de 883,7 puntos básicos tocados en abril de 2017.

Los expertos ya alertaron la semana pasada del "recalentamiento de la economía turca" y ligaron esta circunstancia al repunte de los CDS. Este lunes los analistas se hacen eco del "efecto dominó" que está teniendo lo ocurrido en Turquía en el resto de mercados emergentes y en los bancos europeos más expuestos al país, entre ellos el español BBVA, que sigue con su particular desplome en bolsa.

Michael Hewson, analista de CMC Markets, señala que aunque la crisis turca "puede parecer contenida y de pequeña envergadura", lo cierto es que hay una sensación de que es otra razón más para que los inversores den un paso atrás. "En un contexto geopolítico ya de por sí difícil, debido a la creciente preocupación por la escalada de tensión comercial entre EEUU y China, y por la aplicación de nuevas sanciones estadounidenses contra Rusia, la creciente crisis en Turquía parece estar dando a los inversores demasiadas bolas para hacer malabarismos. De ahí este último brote de la aversión al riesgo".

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