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'Déjà vu' en Wall Street. Con el Covid-19, el parqué estadounidense revive 'The Big Short', la gran apuesta contra el mercado inmobiliario que relata el famoso libro de Michael Lewis y se llevó posteriormente al cine, con Christian Bale y Brad Pitt como protagonistas. La historia se repite, aunque esta vez son varios fondos bajistas quienes se llenan los bolsillos con la caída de los bonos inmobiliarios.

Estos fondos llevaban posicionados en corto desde marzo de 2017, pero no se decantaron por hipotecas de alto riesgo, como hizo el inversor Michael Burry en 2005, sino por préstamos concedidos a centros comerciales. Su expectativa era que el crecimiento del comercio electrónico provocase una ola de impagos por parte del comercio minorista. Finalmente, con la pandemia del coronavirus, sus ganancias se han disparado antes de lo previsto.

Es necesario puntualizar que, en Estados Unidos, lo normal es que los bancos no se queden los préstamos en su balance, sino que los vendan y coticen en el mercado en forma de bonos. En Wall Street existen índices especializados que recogen la negociación de estos bonos, sobre los que los inversores pueden apostar al alza o a la baja. Un ejemplo es el CMBX 6, un índice de derivados para apostar por el futuro del comercio minorista en el país.

El CMBX 6 está vinculado a la deuda emitida en 2012 por centros comerciales que ahora tienen dificultades para devolver el dinero. Alguno de ellos está gestionado por JC Penney, una cadena de tiendas que se ha declarado en bancarrota. Ante sucesos como este, se incrementan las expectativas de incumplimiento en el pago de los préstamos hipotecarios, provocando caídas en el índice de más del 30% desde comenzó 2020 y alimentando así las cuentas de los fondos bajistas.

Pero no solo perderán gran parte de su valor los bonos de centros comerciales, sino que el Covid está haciendo tambalearse a todo el sector inmobiliario estadounidense. Especialmente a los hoteles, que llevan cerrados durante toda la pandemia y no han obtenido prácticamente ningún ingreso, incrementando el riesgo de impago de su deuda. También en la oficinas, donde el cambio de tendencia hacia el teletrabajo está provocando una huida de la inversión y una brusca caída de la facturación en los espacios de 'coworking'.

LOS IMPAGOS SEGUIRÁN AUMENTANDO

Desde Morgan Stanley advierten de que una cuarta parte de todos los valores respaldados por hipotecas comerciales en EEUU podrían estar al borde del incumplimiento. De hecho, la morosidad aumentó notablemente en abril, con 66 préstamos que hacían un total de 1.000 millones de dólares, ejerciendo una enorme presión a la baja en casi todas las clases de activos vinculados al 'real estate' estadounidense.

En total, 324 préstamos con un saldo total de 4.800 millones están actualmente en mora en el país norteamericano, un dato histórico. Y la previsión es que en mayo aumente otro 5%. Conviene matizar que hablamos de crédito moroso cuando no se puede pagar durante dos meses consecutivos. En el caso de que solo sea un mes, se clasifica como "atrasado pero dentro del período de gracia".

Desde Fitch consideran que esta complicada situación va a empeorar todavía más. Basándose en sus propios datos, afirma que el 26% de la deuda hipotecaria pendiente ha preguntado sobre la suspensión de pagos en las últimas semanas, lo que supondría un aumento sin precedentes. No se alcanzaron cifras similares ni en la crisis financiera de 2008, cuando la morosidad y las ejecuciones hipotecarias de la deuda alcanzaron un máximo del 9% en julio de 2011.

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