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Morgan Stanley ha vuelto a reducir sus estimaciones sobre el precio del petróleo. Lo ha hecho después de que la OPEP+ haya acordado un nuevo recorte sorpresa de la producción que entrará en vigor en mayo y se mantendrá hasta finales de año. Algunos expertos creen que esta decisión impulsará al 'oro negro' hasta los 100 dólares por barril, aunque los estrategas del banco estadounidense se muestran algo escépticos, y pese a que esperan un cierto apoyo, creen que el Brent subirá, como mucho, hasta los 90 dólares este año.

"Es improbable que los recortes de la OPEP+ por sí solos impulsen los precios hasta nuestra previsión anterior de 95 $/bbl. Por ello, rebajamos nuestras previsiones a 87,5-90 $/bbl en el segundo semestre de 2023 y a 85 $/bbl en 2024", comentan los expertos de Morgan Stanley en un informe, en el que analizan los efectos que puede tener el recorte adicional decretado por los productores de petróleo de 1,66 millones de barriles diarios.

Creen estos analistas que la situación real del mercado "deja fuera de juego al régimen más alto" de proyecciones, de forma que es necesario "considerar precios en el rango más bajo". Y aunque esto "sigue abarcando una amplia gama de, digamos, 60 a 100 dólares por barril, nuestra previsión anterior de 95 dólares por barril estaría dentro de esa horquilla, pero cerca del extremo superior, lo que deja los riesgos sesgados a la baja".

De ahí que tras la decisión de la OPEP+ hayan reformulado sus previsiones teniendo en cuenta los inventarios y los diferenciales temporales y, posteriormente, los diferenciales temporales frente al precio fijo a la hora de prever los precios del Brent.

"Los diferenciales temporales crean incentivos para acumular o retirar existencias, lo que sugiere que los diferenciales deberían correlacionarse con los cambios en las existencias", apuntan desde Morgan Stanley. En la práctica, el banco ve una mayor correlación con el nivel de existencias, de forma que los diferenciales temporales "se han debilitado sustancialmente y ya serían coherentes con una gran acumulación de existencias en el futuro".

En opinión de estos estrategas, "si los recortes de la OPEP provocan una reducción de los inventarios en el segundo semestre, los diferenciales temporales parecen demasiado débiles y pueden volver a subir", y eso afectaría al precio fijo del Brent. En este momento, comentan, hay un diferencial de aproximadamente un 4% entre el futuro del Brent en el primer y el duodécimo mes.

"Si la relación entre los precios fijos y los diferenciales temporales de los últimos 12 meses también se mantiene, esto debería permitir que el Brent suba hasta ~90 $/bbl", pero no más allá, comentan.

Y es que aunque los diferenciales del Brent "son reducidos en relación con las existencias y es probable que se estrechen a medida que las existencias se reduzcan" según avanza el año, esto apoya un cierto repunte, pero "la debilidad subyacente hace menos probable nuestra previsión anterior de 95 $/bbl".

Los analistas de Morgan Stanley mantienen su proyección de que el mercado del petróleo volverá a ser deficitario en los trimestres tercero y cuarto de este año debido a la reapertura de China, la recuperación de la aviación y el riesgo a la baja de la oferta procedente de Rusia. "Sobre esta base, esperamos que en el segundo semestre se produzca un déficit de suministro de ~0,6 mb/d", señalan.

Aunque reconocen también que la demanda ha resultado "más débil de lo esperado" sobre todo en EEUU y también en Europa. Esto, dicen, combinado con la previsión de una fuerte desaceleración del crecimiento este año les ha llevado a rebajar su estimación de demanda en 0,3 mb/d para 2023.

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