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"La clave para el oro sigue siendo si los riesgos económicos o del mercado financiero relacionados con la guerra de Ucrania aumentan o disminuyen". Son palabras de los expertos de Julius Baer, que analizan la situación en la que se encuentra el metal precioso, que se ha mantenido en el entorno de los 1.930 dólares por onza en las últimas semanas. "Puede parecer sorprendente", dicen, dado que el conflicto sigue causando estragos y no hay solución a la vista, pero no lo es. Y es que los vientos de cola y en contra que afectan al oro están provocando un "patrón de precios limitado".

Según explica Carsten Menke, director de Next Generation Research en Julius Baer, el precio del oro se ha mantenido dentro de este rango en las últimas semanas a pesar de que la guerra en Ucrania continúa y no se vislumbra ninguna solución. Y esto se debe a que "el mercado se enfrenta actualmente a los vientos de cola de una fuerte demanda de refugio y a los vientos en contra del fortalecimiento del dólar y el aumento de los rendimientos reales de los bonos estadounidenses".

"Si observamos con detenimiento los principales factores que influyen en el precio del oro, veremos que hay vientos a favor y vientos en contra, lo que en última instancia ha dado lugar a un patrón de precios limitado", destaca este experto. En cuanto a los vientos de cola, Menke destaca la demanda de un activo refugio ante la guerra.

En este sentido, apunta que las tenencias de productos de oro con respaldo físico "han registrado entradas de más de 185 toneladas desde que estalló la guerra". "Tanto la velocidad como la magnitud de estas entradas son similares a las de crisis anteriores", apunta el estratega de Julius Baer, que señala que, además, la demanda de lingotes y monedas de oro de menor tamaño "también es fuerte".

Pero no así la demanda de oro de los operadores más especulativos y a corto plazo, que "apenas ha repuntado, como demuestra su posicionamiento en el mercado de futuros".

OTROS ACTIVOS REFUGIO DISPONIBLES

Por su parte, en cuanto a los vientos en contra, Menke explica que proceden, principalmente, del dólar estadounidense, que "es un refugio seguro en tiempos de crisis", y de los rendimientos de los bonos estadounidenses. "El dólar ha alcanzado el nivel más alto en unos dos años, lo que también ocurre con los rendimientos de los bonos reales, ya que el aumento de los rendimientos nominales ha superado las expectativas de inflación", indica.

A estos vientos en contra se suma el hecho de que "el valor en circulación de los bonos de rendimiento negativo en todo el mundo ha caído desde casi 18.000 millones de dólares a principios de año, a menos de 3.000 millones de dólares a día de hoy". Por lo tanto, afirma el experto del banco suizo, "después de la fuerte venta, también el mercado de bonos vuelve a estar disponible para los buscadores de refugio".

Así las cosas, apunta, de cara al futuro "la cuestión clave para el oro sigue siendo si los riesgos económicos o del mercado financiero relacionados con la guerra están aumentando o disminuyendo". Y es que, como destaca, el aumento de los riesgos "significaría un aumento de los precios, por ejemplo, debido a una participación activa de las tropas de la OTAN a lo largo de las fronteras ucranianas o a un embargo energético generalizado contra Rusia".

"Un retroceso de los riesgos significaría precios estancados o algo más bajos, por ejemplo, debido a un desplazamiento de los combates únicamente a las partes orientales de Ucrania". En cualquier caso, concluye, "seguimos viendo el oro como un seguro bastante caro, a pesar de que cotiza por debajo de sus recientes máximos" de más de 2.000 dólares que tocó hace unas semanas.

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