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El presidente de la Fed, Jerome PowellStefani Reynolds - Archivo

Jerome Powell se disfrazó este miércoles de Cristiano Ronaldo con tres golazos monetarios que permitieron al Dow Jones marcar nuevos máximos históricos por encima de 33.000 puntos. El presidente de la Fed ofreció al mercado un cocktail formado por tres ingredientes muy potentes para los mercados: mucho crecimiento económico para 2021, mezclado con una inflación pasajera que a su vez permitirá mantener los tipos de interés al 0% hasta 2023.

Y aunque muchos se preguntan si en vez de un hat trick es un truco de ilusionismo que formará una burbuja colosal que explotará en algún momento, la realidad es que los inversores compraron el mensaje de la Fed y las palabras de Powell. En los tiempos actuales, no parece que al presidente del banco central más poderoso le queden muchas opciones, ya que un ejercicio de realismo excesivo puede implicar un baño de realidad que los mercados tal vez no pudieran soportar.

La Fed anticipa ahora que el PIB de Estados Unidos repuntará con muchísima fuerza en 2021, un 6,5% frente a su anterior estimación del 4,2%. Al mismo tiempo, prevé que su medida favorita de inflación, la tasa PCE, subirá hasta el 2,4% este año (en diciembre pronosticó un 1,8%).

Sin embargo, de cara a 2022, la tasa de crecimiento se normalizará hasta el 3,3% y la inflación PCE no subirá del 2%. Todo ello, según los miembros del FOMC en su ya célebre diagrama de puntos (dot plot), con unos tipos que se mantendrán en el 0%-0,25% hasta 2023.

El propio Powell se cubrió las espaldas al señalar que "las previsiones son mucho más inciertas que en condiciones normales. Nunca habíamos tenido una pandemia como esta ni unos estímulos fiscales de este tamaño".

Aunque sí quiso ser muy claro sobre la inflación al considerar que "repuntará de manera transitoria por la reapertura de la economía, porque hay muchos sectores que no han abierto, pero las expectativas de inflación a largo plazo están bien ancladas en el 2%", afirma Powell.

Así las cosas, descartó una excesiva preocupación por el reciente repunte en el rendimiento de los bonos, que ha provocado una fuerte corrección del 12% en el índice tecnológico Nasdaq, debido a una rotación de los inversores hacia activos más asociados al ciclo económico.

"El punto clave aquí es que la Fed no está comprando la idea de que un aumento inicial de la inflación a medida que la economía se reabre podría integrarse en 2022 y 2023 a través del aumento de las expectativas y la presión al alza sobre el crecimiento de los salarios", argumentan desde Pantheon Macroeconomics.

En su opinión, la Fed puede verse obligada a "subir los tipos a final de 2022" y a plantear la retirada de su programa de compra de activos hacia final de 2021. No obstante, no esperan ninguna comunicación en este sentido hasta que la Fed constate que las previsiones sobre el crecimiento y la inflación son una realidad.

Y para eso todavía quedan muchos meses, porque la pandemia en EEUU aún no está plenamente controlada y el crecimiento económico y la inflación no serán una realidad hasta dentro de unos meses. "Nos gustaría ver a la inflación durante algún tiempo por encima del 2%", aseguró Powell, un deseo que puede verse cumplido en un futuro no muy lejano.

Posteriormente, habrá que ver si este escenario ideal planeado por la Fed, con un gran crecimiento económico y una inflación transitoria que se suavizará hacia el 2% a largo plazo, se cumple realmente. Si es así, el mercado de bonos se mantendrá contenido. En caso contrario, las condiciones financieras que tanto le gusta controlar a la Fed pueden tensionarse. Y entonces la fiesta no será tan divertida en los mercados.

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