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El mercado espera como 'agua de mayo' la llegada de los primeros recortes de tipos de interés. Pero la rigidez de la inflación no se lo está poniendo nada fácil a los bancos centrales. Desde la Reserva Federal (Fed) ya han dejado claro que las tasas van a permanecer altas durante "más tiempo del esperado", mientras que el Banco Central Europeo (BCE) parece dispuesto a relajar su política monetaria en junio. Y atrapado entre ambos, el Banco de Inglaterra (BoE), que puede iniciar las bajadas en agosto.

"Este escenario viene acompañado de la previsión de que no se produzca una caída fuerte de la actividad económica a lo largo de 2024, aunque lo normal es que ese frenazo sea más pronunciado en Europa y suave en EEUU, mientras se logren crecimientos razonables en los países emergentes", indican los estrategas de Diaphanum.

Todo ello será determinante para el comportamiento de los activos a lo largo de 2024. Unos riesgos que ya están descontados por el conjunto de los inversores, pero hay otros que no son tan evidentes y que también pueden condicionar el devenir de los mercados en los próximos meses.

CUATRO RIESGOS YA DESCONTADOS

1. Inflación subyacente

El nivel de precios ha ido reduciéndose desde los máximos que alcanzó en 2022, aunque todavía se sitúa por encima del objetivo del 2% marcado por los bancos centrales.

En el caso de la eurozona, la inflación general se moderó en marzo hasta el 2,4%, el menor nivel desde noviembre del año pasado. La tasa subyacente, por su parte, se mantiene estancada en el entorno del 3%.

En EEUU, el Índice de Precios al Consumo (IPC) también se está mostrando más pegajoso de lo esperado, sobre todo, después de repuntar en marzo al 3,5% en tasa interanual, mientras que la variable subyacente repetía en el 3,8%.

"Es cierto que la inflación general se encuentra en niveles más gestionables para los bancos centrales, pero el efecto base desaparecerá y preocupa la evolución de la subyacente. Si persiste el enfriamiento del ciclo económico y crediticio, el avance de precios seguirá menguando", subrayan desde la firma.

2. Sobreactuación de los bancos centrales

"Que los bancos centrales empiecen las bajadas de tipos a partir del segundo semestre de 2024 es un elemento que los mercados ya empezaron a descontar, pero una sobreactuación en sus decisiones, mantenimiento de su política monetaria, sobre todo en la eurozona, se podría convertir en el corto plazo en uno de los riesgos más destacados para los mercados", señalan en Diaphanum.

Por ello, los estrategas creen que, si la desaceleración en Europa es mayor de lo esperado y el consumo de EEUU pierde dinamismo, los beneficios empresariales sufrirán, mientras que en China "serán necesarios más estímulos para evitar incumplir sus objetivos de crecimiento", teniendo en cuenta que la incertidumbre geopolítica persistirá y que, a largo plazo, el "alto endeudamiento disminuye la posibilidad de un crecimiento mayor".

3. Riesgos geopolíticos

Ucrania, Oriente Medio y Taiwán son los tres focos de tensión geopolítica a los que el mercado no quita ojo y que, sin duda, determinarán su comportamiento en los próximos meses.

"La solución de los conflictos de Oriente Medio y Ucrania, que a día de hoy no parece un escenario muy factible en el corto plazo, reduciría la prima de los activos de riesgo, pero incluso en ese supuesto, se mantendrían las distorsiones que han generado", añaden en la entidad.

En el caso de Taiwán, el estallido de una guerra que involucrase a China y EEUU provocaría un elevado impacto en la economía a nivel global, muy por encima de la guerra de Ucrania y otros shocks que se han producido en los últimos años, "aunque por el momento es muy improbable", remarcan en Diaphanum.

4. Resultado inesperado en las elecciones de EEUU

2024 ya es conocido como el 'superaño' electoral, donde casi la mitad de la población acudirá a las urnas. Pero de entre todos los comicios hay uno que será clave para los mercados y la economía mundial: las elecciones presidenciales de EEUU.

Hoy en día, las encuestas no aclaran si el actual presidente Joe Biden es el que tiene mayores posibilidades de repetir mandato o si es Donald Trump quien puede recuperar la Casa Blanca, lo que genera una cierta incertidumbre que suele verse reflejada en el incremento de la volatilidad y las dudas sobre la política económica de la nueva Administración.

"Según se acerquen las elecciones, si se aclara el panorama sobre el favorito a lograr la victoria y luego se da un resultado sorprendente, podrían surgir las dudas en los mercados, teniendo en cuenta también la influencia sobre la política monetaria, que históricamente suele mantenerse neutral en los meses previos a unas elecciones, pero que en esta ocasión se enfrenta a un escenario complicado de gestionar por la situación actual de los mercados", afirman estos expertos.

CUATROS RIESGOS QUE HAY QUE TENER EN CUENTA

1. Desaceleración económica más pronunciada

Para este ejercicio, el mercado apuesta por una ligera caída de la actividad económica, ante la disminución del ahorro, el aumento de la morosidad y la menor creación de empleo en un entorno de tipos de interés elevados.

Diaphanum, por su parte, prevé que las economías con un mayor peso en el sector industrial muestren una mayor debilidad, mientras que los países emergentes ampliarán su diferencial de crecimiento frente a los avanzados, liderados por la Asia emergente.

En este contexto, cualquier evento negativo puede inducir a la economía a una recesión, especialmente en Europa, "con unos empresarios y consumidores que no son optimistas, y con un ciclo crediticio que continúa debilitándose por los efectos de la política monetaria y divergencia entre países, siendo los más afectados aquellos con mayor peso en el sector industrial", agregan.

2. Rebrote de la guerra comercial

La geopolítica seguirá ocupando un papel protagonista, por la posible extensión de los conflictos bélicos y una guerra comercial con China que no desaparecerá, "con el añadido del conflicto larvado con Taiwán, que seguirá siendo un foco de preocupación", enfatizan en Diaphanum.

La relación entre ambos países es cada vez más tensa, por lo que el riesgo de conflicto comercial persiste y "podría recrudecerse si se produce cualquier acontecimiento inesperado, causando ya incertidumbre económica mundial y una rápida 'deslocalización' de empresas que buscan protegerse de las consecuencias de un conflicto entre las dos superpotencias", según estos expertos.

3. Precio de la energía

El conflicto en Oriente Medio se encuentra en un momento de plena efervescencia y no hace más que elevar la incertidumbre, lo que tendrá un impacto en la energía. De hecho, el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, llegó a superar los 90 dólares tras el reciente ataque a Irán por parte de Israel, aunque posteriormente se relajó.

"El escenario central es de un mayor ruido que impacto verdadero, teniendo en cuenta además que el mercado cuenta con amortiguadores y los países productores capacidad de ampliar su stock, pero una escalada de la tensión podría hacer saltar por los aires ese escenario inicial", aseveran desde la firma.

4. Exceso de deuda

Un problema a corto plazo, pero sobre todo que lo puede ser en el largo plazo, es el fuerte endeudamiento que existe a nivel mundial.

Esto tiene dos implicaciones principales para Diaphanum: al estar tan alto el nivel de endeudamiento, no se puede subir a la velocidad que se viene haciendo, "lo que lleva a quitar posibilidades de estímulos, tanto públicos como privados".

Por otra parte, si se produce una subida de los costes de financiación, "los Estados verían cómo una parte importante de sus presupuestos se destinarían al servicio de la deuda, igualmente las empresas verían sus resultados mermados por los costes financieros", concluyen.

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