Los mercados asiáticos cerraron en verde este viernes gracias al impulso de un yuan más débil y sin novedades en el frente comercial. Los inversores también estuvieron atentos a las críticas de Donald Trump hacia la política monetaria de la Reserva Federal, que en su opinión podría acabar con la recuperación económica.
En Hong Kong, el índice Hang Seng avanzó un 0,55% pese a una mala jornada para sus inmobiliarias y extractoras. En el conjunto de la región, el compuesto de Shanghai arrojó ganancias del 2,06% gracias al impulso del yuan, que se devaluó frente al dólar hasta niveles no vistos desde hace un año, más allá de las 6,81 unidades. Un comportamiento que los analistas no remiten a una devaluación 'per se', sino a un nuevo fortalecimiento del billete verde frente al resto de divisas emergentes.
El Kospi surcoreano dio por finalizada la sesión con una subida del 0,35% tras una gran jornada del gigante tecnológico Samsung (+1,28%) que encadena cuatro etapas en positivo. Más al sur, el S&P/ASX 200 también cerró en verde (+0,37%) gracias a un buen comportamiento general del índice.
Por último, en Japón, el Nikkei 225 fue el único valor en rojo (-0,29%) este viernes tras una mala sesión para el sector siderúrgico nipón, con JFE Holdings cayendo un 1,49% y Nisshin Steel, un 1,44% como valores más destacados.
Donald Trump volvió a mostrar que no tiene problemas en interferir en el tipo de cambio del dólar. En una entrevista concedida a la CNBC, el republicano cargó contra la fortaleza de su divisa, que supone un problema para las exportaciones, según sus palabras. Y fue más allá al criticar el ritmo de las subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed). Tras estas palabras, el yen, el euro y la libra han remontado parte de las recientes caídas contra la moneda de EEUU.
No es la primera vez que el presidente estadounidense expresa su disgusto porque un dólar fuerte representa una desventaja para EEUU y afecta a la competitividad del país. La apreciación de la moneda, además, es un problema en el contexto de guerra comercial en el que se ha embarcado el republicano, ya que junto a los aranceles que ahora gravan las exportaciones estadounidenses a la Unión Europea y China, el impacto en la balanza comercial puede ser demoledor.
