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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha rechazado estar preocupado por una posible desestabilización de la economía del país, alegando que ve muy poco riesgo de recesión a pesar de una semana volátil en los mercados mundiales de bonos. En esa línea, insiste en que su guerra comercial a China "no esta haciendo ningún daño" al país norteamericano y, lejos de alcanzar un acuerdo con el gigante asiático, insinúa que Pekín debería resolver antes la crisis en Hong Kong.

El mercado de bonos dejó el miércoles una señal que puede llegar a interpretarse como un anticipo de posible recesión en el horizonte. Y es que, por unos instantes la semana pasada, los inversores de bonos llegaron a exigir un tipo de interés más alto para los bonos del Tesoro a dos años que para los mismos a 10 años, lo que se conoce como inversión de la curva de tipos y refleja la pérdida de confianza en el crecimiento económico del país a corto plazo.

Aunque a pesar de la preocupación generalizada, el presidente norteamericano ha descartado ante los periodistas que estén en un "proceso de recesión". "Estamos tremendamente bien. Nuestros consumidores son ricos, les hice un tremendo recorte de impuestos y están cargados de dinero", ha sentenciado el presidente. No obstante, fuentes cercanas al Gobierno aseguran que el presidente estadounidense llamó personalmente a los mandatarios de J.P Morgan, Bank of America y Citigroup, tal y como adelanta CNBC, para pedirles que miren por la salud del consumidor americano. La respuesta fue clara: al consumidor le va bien, pero le iría mejor si se pusiese fin a la guerra comercial.

En cuanto a esta última, el presidente de EEUU se ha mostrado menos optimista y ha asegurado que a pesar de que cree que China estaría dispuesta a llegar a un acuerdo, él "todavía no está dispuesto". "Me gustaría que la solución al problema de Hong Kong se desarrollara de una manera muy humanitaria", ha dicho Trump. "Creo que sería muy bueno para el acuerdo comercial", ha justificado el presidente. Asimismo, el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, ha confirmado que los responsables de comercio de los dos países hablarían dentro de 10 días y que "si las reuniones dan resultado... estamos planeando que China venga a EEUU" para avanzar en las negociaciones sobre el final de la batalla comercial.

Asimismo, los colaboradores del presidente han querido mandar un mensaje tranquilizador. El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, ha cuestionado que la curva de rendimiento se haya invertido. Ha asegurado que la curva era "plana" y que eso supone una señal de que "el capital extranjero está fluyendo hacia EEUU", lo que provoca que "estén subiendo los precios de los bonos a largo plazo y bajando los rendimientos".

Una recesión podría traer muy malas consecuencias para Donald Trump, quien está construyendo su candidatura para 2020 y los resultados económicos podrían afectarle negativamente. El presidente de EEUU dijo a los votantes en un mitin la semana pasada que no tenían "otra opción" que votar por él para preservar sus empleos e inversiones. Pero los líderes demócratas se encuentran al acecho. Y es que candidatos presidenciales demócratas se unieron el domingo a analistas económicos para afirmar que las políticas comerciales erráticas de la administración Trump son los culpables del aumento de la incertidumbre, la decepción de la inversión empresarial y la volatilidad del mercado.

LA CASA BLANCA DEFIENDE LA GUERRA COMERCIAL CON CHINA

Aunque tanto Peter Navarro como Kudlow han defendido con firmeza la guerra comercial que Trump está entablando con China. Recordemos que el presidente anunció que impondría unos aranceles del 10% a 300.000 millones dólares de las importaciones procedentes del gigante asiático. Iban a entrar en vigor en septiembre, aunque finalmente se han retrasado a diciembre.

Navarro ha argumentado que el país norteamericano está ganando la guerra comercial a pesar de las críticas que se están recibiendo. Sobre todo, por parte de los agricultores estadounidenses, quienes alegan que la guerra comercial les está perjudicando. "Estamos en una especie de guerra tecnológica con China, y no podemos permitir que nos roben las joyas de nuestra familia, que es el corazón del milagro del crecimiento económico estadounidense", ha sentenciado Kudlow.

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