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El presidente ruso, Vladimir Putin.Dmitry Azarov

Rusia estudiará las respuestas que ha recibido de EEUU y la OTAN a la petición de frenar una mayor expansión de la Alianza Atlántica en el este de Europa, según palabras del viceministro de Exteriores, Alexandr Grushko. Este miércoles, Moscú anunció que las sanciones impuestas al presidente Vladimir Putin no le afectarían personalmente, pero que serían “políticamente destructivas”. Según ha publicado 'Reuters', el Kremlin ha hecho público esta opinión después de que el presidente de EEUU, Joe Biden, considerase esta medida tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

La medida, aunque poco común, tiene como objetivo convencer a Moscú de que cualquier nueva agresión contra Ucrania traería consigo costes rápidos y masivos. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha declarado que las sanciones individuales contra Putin serían “no dolorosas (sino) políticamente destructivas”. Peskov ya apuntó que equivaldrían a una ruptura de las relaciones diplomáticas.

Mientras los funcionarios de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania han iniciado una reunión en París, Rusia ha realizado nuevos ejercicios militares en tierra y mar y trasladado más paracaidistas y aviones de combate a Bielorrusia, para lo que ha descrito como ejercicios conjuntos en ese país. Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy, calificó las conversaciones como "una fuerte señal para lograr la paz en el este de Ucrania".

Ucrania dijo que Rusia, que ha reunido decenas de miles de tropas cerca de su frontera pero ha negado que tenga planes de invadirla, estaba tratando de sembrar el pánico. El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo que Moscú aún no había reunido suficientes fuerzas para una ofensiva a gran escala, pero que eso no significaba que no pudiera hacerlo más adelante.

Por su parte, EEUU lleva semanas intentando llegar a un acuerdo con sus socios europeos sobre un fuerte paquete de sanciones si Rusia ataca. Pero la tarea se complica por la dependencia de Europa de la energía rusa y el hecho de que las sanciones también perjudicarían a sus propias empresas.

La UE depende de Rusia para alrededor de un tercio de sus suministros de gas. Cualquier interrupción de sus importaciones rusas agravaría una crisis energética ya existente causada por la escasez. Ante este escenario, EEUU ha hablado con los principales países y empresas productoras de energía de todo el mundo sobre un posible desvío de suministros a Europa si Rusia invade Ucrania.

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