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Reuters

El presidente Donald Trump y el vicefiscal general de EEUU Rod Rosenstein, que supervisa la investigación del abogado especial sobre el papel de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, se reunirán el jueves para discutir si Rosenstein permanecerá en su puesto tras pasar el fin de semana pensando si debería renunciar después de que un informe del New York Times de la semana pasada dijera que había sugerido grabar en secreto a Trump en 2017, según asegura Reuters.

La Casa Blanca anunció la reunión el lunes después de una avalancha de informaciones contradictorias sobre si Rosenstein, un blanco frecuente de la ira de Trump, estaría pensando dejar el cargo. Trump, que se encuentra en Nueva York para la Asamblea General de la ONU, dijo a los periodistas que se reuniría con Rosenstein el jueves cuando regrese a Washington. "Nos reuniremos en la Casa Blanca y determinaremos qué está pasando", dijo Trump. "Queremos transparencia, queremos tener apertura y espero reunirme con Rod en ese momento".

Este revuelo evidenció la creciente tensión en la Casa Blanca sobre la investigación del asesor especial Robert Mueller sobre el papel de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016. Hubo especulaciones generalizadas de que Trump despediría a Rosenstein desde el viernes cuando un informe del New York Times dijo que en 2017 Rosenstein había sugerido grabar en secreto al presidente y reclutar miembros del gabinete para invocar una enmienda constitucional para destituirlo de su cargo.

The Times dijo que ninguna de esas propuestas dio frutos. Rosenstein negó el informe como "inexacto y objetivamente incorrecto". Poco después de conocerse esta historia, Trump dijo a sus partidarios que hay "un hedor persistente" en el Departamento de Justicia y que "también nos vamos a deshacer de eso".

DESTINO DE LA INVESTIGACIÓN

La salida de Rosenstein provocaría preguntas sobre el futuro de la investigación de Mueller y si Trump, que calificó la investigación como "caza de brujas", buscaría eliminar a Mueller.

Esto se produce, además, solo seis semanas antes de las elecciones legislativas del 6 de noviembre, y su destitución podría convertirse en un explosivo problema político a medida que los compañeros republicanos de Trump intentan mantener el control del Congreso.

La reunión del jueves entre Trump y Rosenstein coincide con el día en que el nominado para la Corte Suprema de Trump, Brett Kavanaugh, y la mujer que lo acusó de conducta sexual inapropiada tienen previsto testificar en una audiencia en el Senado. Si Rosenstein renuncia, Trump tiene más margen para reemplazarlo mientras que despedirlo haría más difícil que Trump designe un sucesor.

El exdirector adjunto del FBI Andrew McCabe dijo que estaba "profundamente preocupado" por los informes de la renuncia de Rosenstein, diciendo que su salida pondría en riesgo la investigación federal sobre las actividades electorales rusas. "No hay nada más importante para la integridad de la aplicación de la ley y el estado de derecho que proteger la investigación del Asesor Especial (Robert) Mueller", dijo McCabe en un comunicado.

McCabe fue despedido por Sessions en marzo después de que el organismo de control interno del Departamento de Justicia lo acusó de mala conducta. McCabe denunció que fue blanco de ser testigo cuando Trump trató de obstruir la investigación sobre presunta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.

Rosenstein sirvió durante 12 años como fiscal federal principal en Maryland bajo presidentes demócratas y republicanos antes de convertirse en fiscal general adjunto en abril de 2017. Trump lo nombró después de despedir a Sally Yates, quien fue fiscal general adjunta bajo el ex presidente demócrata Barack Obama y fiscal general interina bajo Trump. La despidió 10 días después de asumir el cargo, después de que ella se negara a defender su orden ejecutiva que prohíbe el ingreso de personas de países de mayoría musulmana a EEUU.

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