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El banco te dice: rebaja de intereses. Y tú piensas que el préstamo te va a salir más barato. Pero al final acaba siendo todo lo contrario. ¿El truco? Las entidades aplican unos tipos más bajos a cambio de cobrar más por otros gastos, subiendo comisiones o incluyendo la obligación de contratar productos vinculados más caros.

El precio de los préstamos personales sigue cayendo. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, se situó en junio en su cuarto valor más bajo de este año, el 7,59% TAE, incluye todos los gastos que puede tener un crédito. Sin embargo, lo que en realidad se ha reducido ha sido el interés de los créditos al consumo: del 6,68% al 6,61%. "Esa rebaja es superior a la de la tasa anual equivalente, lo que nos indica que las financieras han aplicado unos tipos más bajos, pero han cobrado más en otros gastos", señalan desde el comparador financiero HelpMyCash.

Por ello, recomiendan no fijarse únicamente en el tipo de interés a la hora de decidirse por contratar un préstamo determinado. Uno de esos aspectos clave es el plazo de amortización, ya que cuanto más tiempo se tarde en devolver el dinero solicitado, más intereses habrá, lo que aumentará el coste total del crédito. "Por eso es muy importante ajustar el plazo de devolución al mínimo posible intentando que las cuotas se adecúen a nuestro presupuesto mensual", avisan. Además, suele ocurrir que, dependiendo de la finalidad del préstamo, las entidades financieras ofrezcan alguna oferta promocional de financiación. La finalidad del préstamo suele repercutir sobre el tipo de interés, por ejemplo, los préstamos para la compra de un coche nuevo híbrido o eléctrico pueden tener un tipo de interés más bajo que otras finalidades.

En cuanto a las comisiones, las más habituales son de estudio y de apertura. La primera la cobran algunos bancos por el estudio de la solvencia económica del cliente. Suele cobrarse como un porcentaje sobre el importe total del préstamo. Mientras, con la comisión de apertura se suma al coste del préstamo un importe derivado de los gastos administrativos de la gestión del crédito. Se agrega como una cantidad fija o un porcentaje sobre el coste total.

"El consumidor se enfrenta al verano, tradicional momento de repunte en la demanda, con un mercado de préstamos al consumo encarecido", apuntan desde Asufin, que añaden que "lo más llamativo es que la subida que aplican las entidades españolas se produce en un contexto de bajadas en el ámbito de la Unión Europea (UE)". De hecho, la asociación asegura que "los españoles pagamos mucho más que nuestros vecinos europeos" y que en préstamos a corto plazo llegamos a duplicar en precio la media de la UE.

Esto se produce en un escenario de aumento de la demanda: más del 24% de los ciudadanos encuestados por la asociación de consumidores afirma que tiene intención de pedir un préstamo, lo que supone una subida muy importante con respecto al 19,2% registrado en enero y al 14,2% de hace un año. Según los datos recabados por el Banco de España, las entidades financieras prevén que habrá un aumento generalizado de las solicitudes y que el impacto de la ratio de préstamos morosos no afectará ni a los criterios de concesión de préstamos ni a las condiciones aplicadas.

Los motivos para pedir un préstamo al consumo evidencian el optimismo creciente entre los consumidores. Los créditos para financiar vacaciones y viajes experimentan el mayor crecimiento: pasan de un 1,1% en enero a un 7,2% en estos momentos. Hace un año, esta cifra se situaba en el 6,2%. En lo que respecta a la compra de vehículos, se pasa del 13,1% del mes de enero al 17,9% actual. Por el contrario, los que se piden para sanear la economía familiar experimentan un retroceso: la necesidad de obtener dinero pasa del 34,5% del mes de enero al 22,7%. Hace un año, se situaba en el 30,9%.

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