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En la última década, los tipos de interés de las hipotecas se han desplomado. Sin embargo, contratar el préstamo para la compra de una vivienda equivocado puede acabar saliendo caro al consumidor. ¿Elegir hipoteca variable, fija o mixta? Para decidir la mejor, la edad, la situación socioeconómica y el perfil de riesgo del cliente son factores clave.

En los últimos años, la tendencia histórica en la que la clara protagonista era la hipoteca a tipo variable ha cambiado, inclinándose el mercado a favor de la fija. Según explican desde ING, la hipoteca variable, cuyos intereses cambian en función de la evolución del euríbor, es el tipo de préstamo que permite beneficiarse del actual contexto de bajos tipos de interés de manera más clara y directa. Sin embargo, supone hacer frente a cierto grado de incertidumbre, ya que la cuota a pagar variará, ya sea al alza o a la baja.

Uno de los perfiles que más se decantan por esta hipoteca son los jóvenes, ya que suelen tener previsiones de crecimiento profesional, lo que implica mejoras en su salario a medio y largo plazo, por lo que podrían asumir posibles aumentos de las cuotas en el futuro. La hipoteca variable también es demandada por aquellos perfiles que piden un préstamo a plazos reducidos.

El actual escenario de tipos interés bajos parece que va a permanecer por algún tiempo y, por lo tanto, la mayoría de las previsiones apuntan a que el euríbor no experimentará demasiados cambios en el corto plazo. De este modo, un cliente que necesite una hipoteca por un corto periodo de tiempo se puede beneficiar del precio más competitivo de las variables sin asumir demasiada incertidumbre en el tipo de interés de su préstamo.

De su lado, la hipoteca fija es la elección de los conservadores. Su característica fundamental es que su tipo de interés es siempre el mismo. Por eso, es la opción que suelen elegir aquellos cuya situación económica es probable que se mantenga estable a lo largo del tiempo y que no podrían asumir posibles subidas en la cuota. Además, es la preferida por aquellos dispuestos a asumir un nivel de riesgo muy bajo y que disfrutan con la tranquilidad de saber que el tipo de interés será el mismo durante toda la vida del préstamo. Asimismo, es una hipoteca demandada para segundas viviendas que reportan una rentabilidad al propietario, y por eso puede permitirse unas tasas algo superiores, compensando la tranquilidad de saber lo que se debe pagar cada mes.

La hipoteca mixta responde a las necesidades de los clientes que buscan un préstamo flexible con las ventajas de la variable y la fija. Combina el pago de una cuota mensual a tipo de interés fijo durante los primeros años y después, hasta su vencimiento, se aplica un tipo de interés variable. De este modo, se sitúa como un producto intermedio que combina ambos beneficios y minora los inconvenientes, pues ofrece un precio más barato que las fijas y te da la tranquilidad ante posibles subida de tipos en el periodo en el que más impactaría, que es en los primeros años del préstamo, cuando más intereses se pagan según el sistema de amortización francesa.

Así pues, es una opción interesante para aquellas personas que, independientemente de su edad, optan por adquirir una hipoteca a tipo fijo en un periodo corto de tiempo. Es también una buena posibilidad para aquellos jóvenes que prefieren pagar cuotas bajas por el momento, pero prevén mejorar su posición económica en unos años. Asimismo, la hipoteca mixta está muy bien valorada por las personas que tienen previsto amortizar el préstamo en el corto o medio plazo, ya que se pueden beneficiar de un precio más competitivo que la fija, pero sin asumir la incertidumbre de variación de cuota de la variable.

Finalmente, también relacionado con el supuesto de amortización, este tipo de hipoteca es una opción interesante para aquellos clientes que tienen pensado cambiar de casa, ya que en la práctica supone una amortización total del préstamo, señalan desde la entidad.

INTERESES EN MÍNIMOS

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los tipos de interés de las hipotecas a tipo fijo se situaron en una media del 2,76% en el primer trimestre, lo que en comparación con la media del 4,88% de hace una década supone una caída del 43,44%. De igual manera, las bajadas se han reflejado en los intereses de las hipotecas variables, pues el tipo medio del primer trimestre se situó en el 2,18%, frente al 3,47% del mismo periodo de 2011, lo que representa una caída del 37,18%.

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