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Como vía para obtener ingresos y mejorar su rentabilidad, pocos son los bancos españoles que no han empezado a aplicar comisiones a sus clientes, las han subido o han puesto requisitos más exigentes para librarse de ellas. Este cambio en la política de las entidades afecta principalmente a los clientes menos vinculados, que ahora tienen que pagar hasta 240 euros al año por mantener una cuenta corriente.

Hace ya unas semanas que los clientes comenzaron a recibir comunicación de su banco informando de que el precio de sus cuentas iban a aumentar o de que los requisitos para no pagarlas se iban a endurecer. A partir de ahí, los consumidores tienen varias opciones. Una de ellas, es negociar con la entidad, puesto que hay clientes que ya están muy vinculados con su banco, por ejemplo si tienen su nómina y sus recibos domiciliados, si usan regularmente una tarjeta para comprar o si disponen de otros productos como una hipoteca, un préstamo o un fondo de inversión, probablemente ya cumplan los requisitos del banco para operar gratis.

En caso de no estar de acuerdo con las nuevas condiciones, también se puede iniciar una reclamación. De hecho, el Ministerio de Consumo y las CCAA han reconocido recientemente el derecho de los consumidores a mantener las condiciones de las cuentas contratadas bajo los eslóganes "cero comisiones" o "sin gastos". Este es el criterio que seguirán, a partir de ahora, las autoridades de Consumo a las que pueden reclamar los consumidores.

Otra opción para esquivar las comisiones es cambiar de cuenta dentro de la propia entidad. El principal escollo de este punto es que algunas de las cuentas sin comisiones que ofrecen los bancos están reservadas únicamente para nuevos clientes, por lo que los que ya forman parte del banco no siempre pueden hacer el cambio. Sin embargo, muchas de las entidades que han aumentado el coste de sus cuentas disponen también de alternativas gratuitas. Eso sí, en general son cuentas digitales, pensadas para que el cliente realice las operaciones básicas a través de los cajeros o la banca online.

La última alternativa para esquivar las comisiones es cambiar de banco. Como señalan desde el comparador financiero HelpMyCash, hay entidades que ya comercializan cuentas sin comisiones en las que no es necesario domiciliar ni la nómina ni los recibos y se puede realizar toda la operativa básica con ellas, desde domiciliar ingresos o pagos, hasta sacar dinero en cajeros, pagar con tarjeta, abonar impuestos o enviar dinero por Bizum.

¿NO TIENES NÓMINA? NO PASA NADA

Para aquellos que no han sido nunca cliente de BBVA pueden contratar su cuenta online sin comisiones de BBVA. No exige ingresos de ningún tipo, no es necesario domiciliar recibos y la tarjeta de débito no tiene coste. Eso sí, al ser digital, para operar con ella habrá que hacerlo a través de la aplicación, la banca online o los cajeros del banco.

Tampoco exige contratar ningún producto adicional ni ningún tipo de ingreso Openbank, el banco online de Santander. En este caso, no hay que cumplir ninguna condición especial, ni siquiera antigüedad como cliente. Con su cuenta corriente tampoco habrá que domiciliar recibos. En cuanto a las tarjetas, pone a disposición de cliente una de débito sin costes de emisión o mantenimiento y con la que se consiguen descuentos en compras de ciertas marcas.

Por último, otro de los bancos con una cuenta sin comisiones es Abanca. Es ideal para aquellos que no tengan nómina porque no cobra comisiones de mantenimiento ni administración y su tarjeta de débito es totalmente gratuita. Además, para los clientes que sí que tengan una nómina, la cuenta ofrece un regalo de 150 euros si el importe supera los 600 euros mensuales.

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