wework songe a reduire l influence de ses cofondateurs pour sauver son ipo

WeWork, uno de los puntales mundiales del sector del 'coworking', ha solicitado la protección por quiebra en Estados Unidos. La compañía cofundada por Adam Neumann y respaldada por el banco japonés SoftBank ha tenido que declararse en quiebra debido a las elevadas deudas de la firma estadounidense, que cifran entre 10.000 y 50.000 millones de dólares, debido al aumento del modelo de trabajo híbrido y el aumento del teletrabajo tras la pandemia de Covid-19.

Y es que, según distintos informes, muchos de los edificios de oficinas de WeWork están casi vacíos o cerrados. Los elevados alquileres prepandémicos de la compañía y la progresiva escalada de los tipos de interés han hecho mella en el balance de cuentas de la firma estadounidense hasta verse incapaz de hacer frente a sus obligaciones financieras y elevar su deuda hasta los 18.600 millones de dólares a cierre del primer semestre de 2023.

En lo que va de año, los títulos de la cotizada han caído un 99% y la firma apenas vale unos 45 millones de dólares en estos momentos. Las acciones, que ahora cotizan ligeramente por encima de 1 dólar, llegaron a valer 400 dólares en octubre de 2021 y la compañía, más de 47.000 millones de dólares en enero de 2019.

En un comunicado, la empresa ha anunciado que ha alcanzado un acuerdo de reestructuración con el 92% de los prestamistas para convertir su deuda garantizada en capital en virtud de un acuerdo de apoyo a la reestructuración, eliminando unos 3.000 millones de dólares de deuda. Asimismo, la compañía se ha acogido a la ley de quiebras estadounidense para tener la "posibilidad de rechazar los contratos de arrendamiento de determinados locales, que en su mayoría no están operativos". Sobre esto último, WeWork ha subrayado que "todos los miembros afectados han recibido una notificación por adelantado".

Por otro lado, la empresa, que también tiene la intención de presentar un procedimiento de reconocimiento en Canadá, dijo que esperaba tener la liquidez financiera para continuar sus negocios con normalidad y que sus negocios de EEUU y Canadá, así como sus franquiciados en todo el mundo, no se veían afectados por estos procedimientos. A finales de junio, WeWork disponía de 77 oficinas en todo el mundo.

Cabe señalar que el pasado 30 de octubre, WeWork comunicó a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) que había llegado a acuerdos con sus acreedores para aplazar temporalmente algunos de los pagos de su deuda. No obstante, un informe del diario 'The Wall Street Journal' publicado la semana pasada informaba que la empresa tenía intención de acogerse al Capítulo 11 de la ley de quiebras ya que, desde su fundación, la empresa había acumulado 16.000 millones de dólares en pérdidas hasta junio de 2023 y seguía pagando más de 2.700 millones al año en alquileres e intereses, más del 80% de todos sus ingresos.

Por su parte, SoftBank ha anunciado que el acuerdo de apoyo a la reestructuración de WeWork era la acción apropiada para que la compañía reorganizara su negocio y saliera de los procedimientos del Capítulo 11. "SoftBank seguirá actuando en el mejor interés a largo plazo de nuestros inversores", han explicado desde la compañía nipona.

El banco japonés es el principal accionista de la compañía desde que, en 2019, adquiriese más del 60% de la firma tras un fallido intento de salida a bolsa que se saldó con el despido de Adam Neuman, acusado de realizar controvertidas operaciones utilizando a la compañía para su propio beneficio. Se calcula que la inversión de SoftBank en la compañía, que consiguió salir a bolsa en 2021, asciende a más de 18.000 millones de dólares.

Tras la salida de Neumann, SoftBank nombró consejero delegado al veterano del sector inmobiliario Sandeep Mathrani para hacer frente a los problemas resultantes de la pandemia de coronavirus. No obstante, las atractivas tarifas de la competencia, que empezaron a ofrecer contratos de alquiler cortos y flexibles, crearon más quebraderos de cabeza para la compañía. Mathrani fue reemplazado este año como consejero delegado de WeWork por el ex banquero de inversiones y ejecutivo de capital riesgo David Tolley, el cual tuvo un papel clave en ayudar a Intelsat a salir de la quiebra en 2022.

En septiembre, Tolley informó que la compañía pretendía reestructurar casi todos sus contratos de arrendamiento como consecuencia de una "cartera de arrendamientos inflexible y de alto coste" que era consecuencia de "un periodo de hipercrecimiento insostenible". "Estamos muy satisfechos con el enfoque realista que los propietarios están adoptando en estas negociaciones y el valor que atribuyen a tener WeWork en los edificios. Ciertamente, algunas de estas negociaciones serán polémicas y muchas no lo serán", reconoció en una entrevista concedida a 'Financial Times'.

Poco antes de que WeWork se declarase en quiebra, Neumann publicó un comunicado en el que aseguraba que la caída en desgracia de la compañía era "decepcionante". "Como cofundador de WeWork que pasó una década construyendo el negocio con un increíble equipo de personas impulsadas por la misión, la declaración de bancarrota anticipada de la compañía es decepcionante. Ha sido un reto para mí observar desde la barrera desde 2019 cómo WeWork no ha sabido aprovechar un producto que hoy es más relevante que nunca. Creo que, con la estrategia y el equipo adecuados, una reorganización permitirá a WeWork emerger con éxito", afirmó.

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