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José Manuel CampaEUROPA PRESS - Archivo

Los bancos europeos se están replegando, en lugar de extenderse internacionalmente, que sería la opción mejor vista por los supervisores. Así lo cree José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), para quien, a pesar de que han pasado ya cinco años desde la puesta en marcha de la Unión Bancaria, “el sector bancario europeo es menos internacional que nunca”.

La crisis financiera supuso un freno a la internacionalización de las entidades comunitarias cuyas filiales habían comenzado a operar en otros países europeos o, incluso, del continente americano, y desde entonces sus movimientos son más domésticos, como recordaba Campa en una conferencia organizada por el Banco de España este miércoles, en la que también participaron Andrea Enria (BCE), Jean Pierre Mustier (Federación Bancaria Europea) y la subgobernadora, Margarita Delgado.

En España, sin ir más lejos, de los seis mayores bancos solamente dos están realmente diversificados geográficamente, Santander y BBVA. CaixaBank tiene negocio fuera de España, pero solamente en Portugal y en Angola, en este último caso por una filial heredada de BPI, mientras que Sabadell tiene a TSB en Reino Unido y parte de su negocio en México. Bankinter, por su parte, también está presente en Portugal y desde hace poco en Irlanda gracias a haber comprado el negocio que tenía allí EVO Banco, así como la propia entidad. Pero, más allá de eso, solamente Santander y BBVA se han expandido a varios mercados en otros continentes y a países como México, Brasil, Turquía, Estados Unidos, Venezuela, Paraguay, Puerto Rico, Argentina o Chile, entre otros.

Los bancos españoles, de hecho, hace tiempo que no se adentran en nuevos mercados y, más bien al contrario, están replegando sus alas al echar el cierre a algunas filiales. El caso más reciente es el de Santander, que esta misma semana ha anunciado la venta de su filial en Puerto Rico por unos 987 millones de euros. La operación, por cierto, se saldará prácticamente sin plusvalías.

Unos meses antes, fue BBVA el que abandonó Paraguay vendiendo con una plusvalía de 20 millones su negocio al grupo del magnate Jaime Gilinski, el mismo al que Sabadell, también este año, decidió vender su participación en la entidad colombiana GNB Sudameris.

BANCOS PANEUROPEOS

Los supervisores bancarios llevan tiempo instando a los bancos a acometer fusiones transfronterizas en la zona euro, pero las entidades siempre lamentan las dificultades que ello comprendería debido, principalmente, a la ausencia de sinergias de costes y a las distintas regulaciones que imperan en los diferentes países de esta región.

Para Enria, máximo responsable de la Supervisión en el Banco Central Europeo, las fusiones en la zona euro son necesarias, pues existe “un exceso de capacidad en el sistema”. Sin embargo, reconoce que se presentan algunos impedimentos, como el hecho de que los diferentes sistemas bancarios nacionales tengan ofertados productos en condiciones muy diferentes. “Hay países en los que hay hipotecas fijas a veinte añosNo puedo entender cómo eso puede ser rentable. En otros países, son muy rentables”, señaló, para después señalar que los depósitos se ofrecen también a precios muy distintos en cada país.

“Las hipotecas europeas lo único que tienen en común es el nombre”, añadía Campa después en la misma conferencia, a la que asistieron los principales ejecutivos de entidades españolas, como José Sevilla (Bankia), Víctor Iglesias (Ibercaja), Josep Oliu (Sabadell), Manuel Menéndez (Liberbank) o Jordi Gual (CaixaBank), y también los máximos responsables de las patronales AEB y CECA, José María Roldán y José María Méndez, respectivamente.

Delgado, por su parte, señaló que los supervisores no promueven las fusiones transfronterizas “solo por hacerlas”, sino para que las entidades financieras puedan ganar eficiencia, aunque la propia subgobernadora reconoce que deben tener sentido y que de momento no ha tenido conocimiento de ningún caso de negocio claro que permitiera respaldar una de estas fusiones.

En todo caso, los supervisores coinciden en que para concluir la Unión Bancaria y, por ende, hacer más sencillas las fusiones transfronterizas, es necesario que la legislación bancaria entre los países de la zona euro sea “más homogénea”.

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