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Reyal Urbis nació al revés. La empresa original, Layer, era una granja que vendía huevos al por mayor desde Pinto y pertenecía al padre de Rafael Santamaría Moreno. Con los años, la compañía decidía darle la vuelta al nombre (Layer al revés) y al negocio para crear una constructora (Construcciones Reyal) que acabó fusionándose en 2007 con la Inmobiliaria Urbis tras adquirir previamente un 96,41% de su capital a través de una Oferta pública de Adquisción (OPA).

Tras dos refinanciaciones de deuda y la imposibilidad de alcanzar un tercer acuerdo, la compañía presentó concurso voluntario de acreedores. Estuvo cuatro años en concurso y sus deudores, entre ellos Hacienda y la Sareb, rechazaron la propuesta que les planteó para afrontar este pasivo. Así, en 2017 la promotora inmobiliaria sería finalmente liquidada.

La compañía protagonizó la segunda mayor quiebra de la historia empresarial de España, al acumular un pasivo de más de 4.600 millones de euros. Por delante de ella, la de Martinsa Fadesa, que presentó concurso de acreedores con un pasivo de 7.000 millones de euros y hoy también está en liquidación.

EXPLOSIÓN DE LA BURBUJA

A 31 de diciembre de 2012, Reyal Urbis contaba con un banco de suelo total de 7,8 millones de metros cuadrados de edificabilidad sobre rasante. Lo que la convertía en una de las principales empresas en la actividad de promoción residencial. La compañía poseía una relevante cartera de activos en renta, valorada en esa fecha en más de 459 millones de euros, con importantes activos singulares en explotación.

Los activos en explotación superaban los 185.000 metros de superficie alquilable sobre rasante, diversificados en oficinas, centros comerciales, locales, naves industriales y hoteles que operan bajo la marca Rafaelhoteles.

Sin embargo, la compañía fue una de las grandes del sector que quebró durante la explosión de la burbuja junto con Habitat, Nozar y la mencionada Martinsa Fadesa. Tras casi dos años de negociaciones con los acreedores durante los que se estudiaron todo tipo de alternativas para encontrar una solución y al no haber podido alcanzar un acuerdo de refinanciación con sus acreedores, Reyal Urbis presentó concurso voluntario de acreedores con fecha 19 de febrero de 2013, el cual fue aceptado en marzo de ese año.

Reyal paralizó entonces la actividad de promoción y venta de viviendas después de que los bancos rechazaran la que hubiera sido la cuarta refinanciación de su deuda. Cuatro años más tarde, en septiembre de 2017, el juzgado notificó la liquidación de la sociedad, dictando su disolución así como el cese de los administradores sociales.

La compañía acabó en liquidación once años después de que protagonizara una de las grandes operaciones corporativas registradas durante el boom del sector y apenas un año antes de que pinchara la 'burbuja' inmobiliaria.

En esa fecha (2006), acordó la compra de Urbis a Banesto, su entonces accionista de control. La operación se materializó mediante el lanzamiento de una OPA por esta compañía valorada en 3.317 millones de euros, un importe similar a la deuda con la que acabó en liquidación.

Finalmente, el 18 de enero de 2018 la CNMV adopto el acuerdo de excluir de negociación las acciones de Reyal Urbis de las bolsas de valores de Madrid, Barcelona, Bilbao, y Valencia y del sistema de interconexión bursátil, al haberse abierto la fase de liquidación.

LA SOCIEDAD MÁS ENDEUDADA CON HACIENDA

Lo bueno, que Reyal Urbis ha conseguido ir reduciendo su deuda con los años. Lo malo, que continúa liderando la lista de empresas con mayor deuda con Hacienda en España por cuarto año. A cierre del ejercicio de 2018, la empresa acumulaba una deuda de 353,2 millones.

El primer año que Hacienda hizo público este listado (2016) con datos de cierre de 2015, la empresa, aún en concurso de acreedores, ya era la compañía que más dinero adeudaba al fisco, con 368,6 millones. En los siguientes años, ha ido reduciéndola muy ligeramente.

Así, cerró 2016, con una deuda de 363 millones, lo que supone apenas seis millones de euros menos que un año antes, según el contenido de la lista, y 2017, con 361 millones de euros.

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