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Ferrovial

El Gobierno sigue empecinado en que se mantenga la construcción durante el estado de alarma, a pesar de que desde el propio sector piden paralizar las obras para contener la expansión del coronavirus. Nadie entiende por qué el Ejecutivo de Pedro Sánchez les considera un "sector esencial", ya que su actividad no es fundamental para abastecer a los supermercados ni ayudar en la labor de los hospitales.

La explicación que se podría encontrar es que no haya capacidad para hacer frente a las prestaciones por desempleo que tendría que pagar a gran parte de los 1,3 millones de personas que trabajan en la construcción. Si les obliga a paralizar su actividad, la mayoría de empresas se acogerían a un ERTE de "fuerza mayor" y el Estado tendría que pagar el paro a todos los trabajadores afectados, como se recoge en el Real Decreto 8/2020.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, no supo aclarar esta cuestión en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que se celebró este martes. Insistió en que "hay unos sectores esenciales que deben seguir funcionado" y mencionó alguno de ellos. Pero en ningún momento aludió a la construcción, a pesar de que la pregunta iba referida específicamente por esta actividad.

Es la misma estrategia que siguió el lunes la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. En su comparecencia desde La Moncloa, remarcó que las medidas adoptadas por el Gobierno son "las más fuertes de nuestro entorno" y descartó endurecerlas para que "España no se pare". La responsable económica tampoco supo aclarar por qué es fundamental que se mantenga la construcción durante el estado de alarma.

PRESIONES PARA PARALIZAR LAS OBRAS

Dentro del sector no entienden esta situación y han pedido al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana que suspenda temporalmente las obras. Esta solicitud la han firmado tres organizaciones que representan a más de 110.000 profesionales: el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) y el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas (CITOP).

El presidente del CSCAE, Lluís Comerón, explica que la prioridad para el sector "es frenar la expansión del virus" y, para conseguirlo, "es necesario el cierre temporal de las obras". En la misma línea se manifiesta el presidente de CITOP, Carlos Dueñas, que ha lamentado "el impacto socieconómico" del coronavirus, aunque lo que más le preocupa es "la reducción del coste humano". Por su parte, el presidente de CGATE, Alfredo Sanz, también prioriza "la salud y seguridad de los trabajadores" antes de intentar minimizar el impacto que esta crisis tendrá en el PIB español.

Estas tres organizaciones entienden que hay casos excepcionales en los que sí deberían mantener su actividad, como en la construcción de hospitales de campaña, ya que sí son esenciales para frenar la pandemia. También están dispuestas a continuar con las obras que se encuentran en la última fase de ejecución o que se desarrollan en las partes interiores.

El Gobierno también está recibiendo presiones por parte de algunas comunidades autónomas y municipios. La última voz discordante ha sido la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que ha instado a suspender las obras en la capital porque "son un foco de contagio". A través de su cuenta de Twitter, ha explicado que así se consigue mandar a mucha gente a casa y evitar aglomeraciones.

Las promotoras españolas se resignan a esta situación y aseguran estar cumpliendo con todas las medidas de seguridad que recomiendan las autoridades sanitarias. De momento no se han visto obligadas a parar ninguna obra, aunque reconocen que todo puede cambiar muy rápido.

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