Nuestro Superagente 86 ibérico, el excomisario Villarejo, la ha vuelto a liar esta semana con el BBVA. Hay documentos que prueban que el presidente del segundo banco español, Francisco González, le encargó en 2004 espiar a empresarios, políticos y periodistas. El motivo era el intento de asalto al banco por parte de Sacyr, con el beneplácito del Gobierno de Zapatero. Entre los que tuvieron pinchado el teléfono, los empresarios Luis del Rivero y Juan Abelló o los ministros Miguel Sebastián y María Teresa Fernández de la Vega.

Este escándalo puede ser la puntilla para la maltrecha reputación de la banca española, que viene en parte por sus propios pecados -preferentes, cláusulas suelo, excesos en el ladrillo que desembocaron en el rescate de las cajas, etcétera-, y en parte por la demagogia populista, que les considera únicos culpables de la crisis, del paro y casi de la muerte de Manolete. Ahora además, los bancos se dedican a espiar. Buen argumento para la próxima peli de James Bond.

Esta semana, en Money Talks: Francisco González contrató al Superagente Villarejo para el BBVA.

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