• También un entorno de inversión cambiante y la reacción contra los modelos monopolísticos
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Mark Zuckerberg (Facebook), Satya Nadella (Microsoft), Larry Page (Alphabet), Tim Cook (Apple) y Jeff Bezos (Amazon) Marta Gracia

Los expertos de Allianz Global Investors advierten de que la presión pública tras los últimos escándalos que han sacudido a las grandes tecnológicas, en el punto de mira de reguladores y consumidores, seguirá dañando su actividad.

Las acciones de Facebook, Amazon, Netflix o Google se han desplomado un promedio del 11% en los últimos 11 días de negociación del mes de marzo, según Bloomberg. Y parte de esa caída se debe a las últimas malas noticias. Facebook y Cambridge Analytica, los ataques de Trump a Amazon, las demandas de monopolio a Google o las acusaciones a Facebook y Google de interferir en las elecciones son solo algunos de los titulares que han desplomado al sector en los últimos días.

Todas las empresas forman parte de las estructuras sociales y éticas de sus sociedades”, explican desde Allianz Global Investors (GI) en su último informe sobre las tecnológicas, de ahí la importancia que cobra la presión pública sobre las compañías.

En el informe, firmado por el estratega Neil Dwane, se revelan cuatro riesgos a los que se enfrentan las tecnológicas en el futuro, varios de ellos motivados precisamente por la presión pública.

- Aumento de la protección del consumidor

Tras el escándalo de Cambridge Analytica, los usuarios son más conscientes de lo que las tecnológicas hacen con sus datos. “Con las preocupaciones sobre la privacidad cada vez más en los titulares, esperamos que más jurisdicciones pongan énfasis en la privacidad personal en lugar de adoptar un enfoque de ‘laissez-faire’”, explican desde Allianz GI.

De hecho, la Unión Europea pondrá en marcha en pocos meses su nuevo Reglamento General de Protección de Datos, que aumentará las restricciones de extracción y difusión de datos digitales, algo que “podría afectar al resultado final de cualquier empresa que realice negocios en la UE. Eso incluye las FANGs [Facebook, Amazon, Netflix y Google]”, señala Dwane.

- Exigencia de mejores gobiernos corporativos

Ante las últimas revelaciones sobre supuestas interferencias electorales, los consumidores empiezan a volcar su atención sobre los gobiernos corporativos (o la falta de ellos) que permitieron lo que muchos consideran un “abusivo sistemático de los datos y la confianza de la sociedad”. En este punto, Neil Dwane opina que el gobierno de algunas de estas tecnológicas “ha recaído en jóvenes multimillonarios con poca experiencia en el mundo real”, lo que se ha demostrado en su “débil gestión de las crecientes crisis”.

En su opinión, una de las principales vías para solucionar este problema, la presión de los accionistas, podría ser menos efectiva en el caso de las FANG, ya que su estructura accionarial da a sus fundadores “un control sobredimensionado”.

- Un entorno de inversión cambiante

Allianz GI señala que muchos de los gigantes tecnológicos actuales dependen más del acceso al crédito que de la rentabilidad, por lo que unos futuros tipos más altos podrían perjudicarles.

- Reacción contra los modelos monopolísticos

Por último, el informe se refiere al caso de Google y Amazon, los dos gigantes en el punto de mira por haber creado modelos cercanos al monopolio. “Los políticos y los reguladores saben que las economías necesitan un suministro regular de competencia eficiente para promover la innovación y la productividad, pero esa oferta se ve sofocada por el efecto de ‘el ganador se lo lleva todo’ de hoy”, explica el informe. En este punto, Allianz GI critica que se vuelve casi imposible competir con estas compañías “cuando no se ejerce casi presión para obtener ganancias, que es lo que una economía de libre mercado demandaría”.

FANG versus BAT

Por último, Dwane señala que, en comparación con los FANG, que parecen verse cada vez como “un obstáculo para la democracia y la competencia leal”, sus competidores chinos, como Baidu, Alibaba y Tencent (BAT) “parecen estar más dispuestos, más capacitados o más obligados a alinearse con su gobierno”.

Además, Dwane concluye que el mercado potencial de los BAT es de 4.000 millones de consumidores por toda Asia, mientras que el de las FANG se limita a unos 750 millones.

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