lehman brothers tumba

Dejar quebrar a Lehman Brothers se considera de forma generalizada como un error que pudo haberse llevado al sistema financiero, y por eso no se dejó caer a ningún otro banco. Pero lo cierto es que fue el único caso en que se aplicaron las leyes del libre mercado: si una empresa es inviable, debe quebrar, sea el bar de la esquina o un banco de inversión.

En el caso de Lehman se aplicó el concepto de "riesgo moral": un banquero, por definición, tiene un incentivo a asumir riesgos excesivos porque así incrementa el beneficio y su bonus; y si tiene la certeza de que, si le sale mal, no le pasará nada porque le rescatará 'papá Estado', se están incentivando esos comportamientos que, en la burbuja previa a la crisis, alcanzaron lo delictivo. Por eso y porque el secretario del Tesoro de Bush, Hank Paulson, se negaba a gastar dinero público en salvar a estos personajes se permitió la bancarrota de la entidad.

Libre mercado puro. Si has gestionado mal o no has sabido ver que venía una crisis, tu empresa quiebra y santas pascuas. Darwinismo económico o destrucción creativa schumpeteriana. Las crisis se llevan por delante a los peores jugadores y permiten el desarrollo de los mejores y el surgimiento de otros nuevos.

Pero el demoledor impacto que tuvo Lehman en los mercados hizo que se asustaran las autoridades -Gobiernos y bancos centrales-, que se olvidaran del riesgo moral y que rescataran a buena parte del sector; primero en EEUU, luego en Europa y finalmente, con tres años de retraso, en España. Gobiernos teóricamente neoliberales como el de Bush no dudaron en inyectar todo el dinero que fuera necesario en el sector.

LIBERALES QUE SE PASAN AL SOCIALISMO Y SOCIALISTAS QUE DEFIENDEN EL LIBERALISMO

En la película 'Wall Street: el dinero nunca duerme" de 2010, aparecen los grandes bancos de inversión reunidos con el Tesoro y la Fed para pedir el rescate. "No podemos hacerlo. Eso tiene un nombre: socialismo", argumenta el representante gubernamental. "Pues entonces, mañana no habrá dinero en los cajeros", responden los banqueros. Así que lo hicieron. Aplicaron el socialismo. Privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.

Todos los CEO de Wall Street llevaron a sus bancos a la quiebra o fueron rescatados. Y se hicieron ricos

Es curioso que los principales críticos del rescate sean, precisamente, los partidos más a la izquierda, que se quejan de que ese dinero se utilizara para salvar bancos (cajas en España) y banqueros, y no para rescatar al ciudadano de a pié. La respuesta oficial a esta crítica es que, si no se hubiera rescatado a los bancos, el sistema financiero se habría derrumbado, y la crisis, el empobrecimiento y la destrucción de empleo habrían sido mucho mayores. Pero nunca podremos saberlo de seguro.

LOS BANQUEROS, LOS GRANDES GANADORES

¿Y los banqueros sin escrúpulos? ¿Esos que se dedicaron a fomentar la concesión de hipotecas a quienes sabían que no iban a poder devolverlas para hacer paquetitos y venderlos con grandes ganancias? Pues más allá de Dick Fuld, el último presidente de Lehman, nada. "Los CEO de todas las grandes firmas de Wall Street estaban en el lado equivocado del juego. Todos, sin excepción, llevaron a sus bancos a la quiebra o se salvaron de ella gracias al Gobierno de EEUU. También se hicieron ricos", explica Michael Lewis en el mejor libro sobre la crisis, 'The Big Short' (La gran apuesta).

Su único castigo fue tener que desfilar por el Congreso de EEUU para someterse al escarnio público. Pero ni siquiera agacharon las orejas y entonaron el 'mea culpa'. Encima, se pusieron gallitos ante los congresistas. Aquí hemos hecho algo parecido este año, pero con tanto retraso que ha pasado casi desapercibido para el gran público.

Lo peor es que los grandes bancos de inversión que fueron rescatados entonces han sido los grandes beneficiados de las políticas ultraexpansivas de los bancos centrales (el Quantitative Easing), que han provocado de nuevo fuertes subidas en algunos activos (empresas tecnológicas, bonos basura, etc.) de las que están sacando importantes beneficios. Que a su vez engordan los bonus de sus directivos, que siguen ligados a la cotización bursátil de estas entidades, puesto que nadie se ha atrevido a romper este esquema perverso.

Y así seguirá girando la rueda. Hasta la próxima crisis. Y si es lo suficientemente grande, por más que hablemos de rescate interno ('bail-in') como el del Popular, volveremos a rescatarles con nuestro dinero.

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