• La compañía lanza una nueva ampliación de capital para tapar el 'agujero'
lvaro luna y tono brusola fundadores de housers
Álvaro Luna y Tono Brusola, fundadores de Housers

Housers, la conocida plataforma de inversión minorista en el mercado inmobiliario, atraviesa su momento más complicado. Ha sufrido la salida de su consejero delegado y cofundador, Tono Brusola, tras el descubrimiento de facturas impagadas por varios millones, según confirman varias fuentes conocedoras de la situación. Tras este problema, la empresa ha lanzado una nueva ampliación de capital para la que ha rebajado su valoración desde 40 hasta 5 millones de euros.

La razón de esta ampliación es, según algunas fuentes, tapar el 'agujero' generado al reconocer como pasivos esas facturas ocultas, lo que habría dejado a la empresa con fondos propios negativos. Los accionistas habrían exigido la rebaja de valoración citada para cubrirla, y habrían reducido su importe de 2 millones a 800.000 euros. Otras fuentes, en cambio, aseguran que ambas circunstancias no están relacionadas, sino que se trata de una ampliación más de las muchas que realizan las 'start-ups'. En cuanto a la caída de la valoración, la achacan a que "la evolución del negocio no ha sido la esperada".

El otro cofundador de Housers, Álvaro Luna, sostiene que "Tono Brusola ha salido por voluntad propia a otro proyecto empresarial en el que ya se encuentra en activo", aunque añade que "fue clave en las fases iniciales de Housers pero ahora la estrategia de Housers requiere de nuevos perfiles directivos para poder llevar a cabo de su expansión internacional". En cuanto a las facturas, Luna explica que "como toda empresa que ha experimentado un crecimiento muy grande en muy poco tiempo, tiene momentos de tensión de caja. Housers está al día de todos sus compromisos de pago".

Las facturas impagadas corresponden en su mayor parte a las intensas campañas publicitarias acometidas por la empresa para captar inversores (tiene 86.000 que han aportado 56 millones a distintos proyectos inmobiliarios), aunque también se refieren a otros proveedores relacionados con su actividad. La empresa ha acometido un plan de pagos con aplazamientos e incluso quitas, según algunas fuentes.

La salida de Brusola se ha realizado de mutuo acuerdo y en los próximos días será nombrado un nuevo consejero delegado. El 16 de julio se ha convocado una junta de accionistas para aprobar todos estos movimientos. Entre los dueños del capital de Housers (no los inversores en sus proyectos) se encuentran Bankinter Capital Riesgo o Fintech Ventures, además de los fundadores, Brusola (que sigue siendo accionista) y Luna.

DE 40 A 5 MILLONES EN UNOS MESES

En el primer trimestre del año, Housers lanzó una ronda para captar inversores en la que se otorgaba una valoración de 40 millones de euros basada en las buenas perspectivas del mercado inmobiliario español. Ahora, en la ampliación de capital de urgencia que ha puesto en marcha, esa valoración es de solo 5 millones de euros, sea por las exigencias de los accionistas, sea por el deterioro de sus perspectivas de negocio.

Respecto a esta rebaja, Luna la justifica porque "las estimaciones y valoraciones no siempre atienden a los mismos criterios y dependen de otros factores. Es una ampliación de capital interna para reforzar los ratios y estados financieros actuales de la empresa y de ese modo acometer una ampliación de capital que permita completar la expansión internacional de la compañía. No es una ampliación de capital ofrecida al público ni sometida a valoraciones de mercado".

El modelo de Housers es bastante complicado de entender. No es un fondo de inversión inmobiliario sino una plataforma de 'crowdlending' que capta inversores que prestan su dinero, a partir de 50 euros, a promotores inmobiliarios para que edifiquen o rehabiliten edificios y después los vendan o exploten en alquiler. Con esos ingresos, Housers paga un interés a los inversores. La figura a través de la que se canaliza el dinero es la de préstamo participativo. Ahí es donde cuenta con 86.000 inversores, que no son dueños de la empresa ni de los inmuebles; es decir, son acreedores, no accionistas.

UN MODELO 'SUI GENERIS'

Cuando Housers empezó a captar dinero del público, la CNMV le obligó a registrarse bajo una figura reconocida por la ley española. La escogida fue la de " plataforma de financiación participativa", pero el único documento que ha remitido al supervisor es un formulario en el que marca una X en sus actividades.

La inversión a través de Housers no tiene ningún tipo de garantía -es decir, puede perderse en su totalidad- y no está protegida ni por el Fondo de Garantía de Depósitos ni por el de Inversiones. Asimismo, su actividad tampoco está supervisada por la CNMV ni por el Banco de España

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