Fitch ha revisado al alza las perspectivas de los bancos medianos españoles, elevándolas de 'negativa' a 'estable' en el caso de Abanca, Kutxabank y Unicaja, y de 'negativa' a 'positiva' para Ibercaja, según el último informe emitido por la entidad. Argumenta que todos ellos tienen margen de maniobra para absorber los riesgos a la baja de la pandemia.
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"Creemos que la rentabilidad de los bancos se acercará a los niveles anteriores a la pandemia en 2022. Esto se verá apoyado por un deterioro de la calidad de los activos más leve de lo que esperábamos inicialmente, beneficiándose de la importante proporción de préstamos hipotecarios residenciales de bajo riesgo de los bancos y de la eficacia de las medidas de apoyo, junto con el adelanto de los cargos por deterioro de los préstamos relacionados con la pandemia (LIC) en 2020", argumentan.
Kutxabank es el que mejor calificación tiene, con una nota 'BBB+' y perspectiva 'estable', gracias a su sólida capitalización y su bajo perfil de riesgo. Por su lado, Abanca y Unicaja tienen un 'BBB-' y perspectiva 'estable'. Esta diferencia se debe a la rentabilidad estructuralmente más débil y a los niveles de capital más bajos. "Sin embargo, sus perfiles autónomos deberían beneficiarse de una mayor de escala, el fortalecimiento de las franquicias y el ahorro de costes tras sus recientes operaciones de fusiones y adquisiciones", sostienen. Ibercaja, por su parte, tiene una calificación 'BB+' y perspectiva 'positiva'.
"Esto se apoya en los perfiles de riesgo moderados de los bancos y en nuestra expectativa de que la economía española se acercará a los niveles anteriores a la pandemia a finales de 2022", dicen los expertos de Fitch, que creen que la mayoría de bancos medianos españoles serán activos en la emisión de deuda de resolución en el medio plazo antes del requisito mínimo de fondos propios y pasivos elegibles para enero de 2022 y 2024.
También opinan que las entidades podrían elevar sus notas si ejecutan con éxito sus estrategias, centradas en la diversificación del negocio y los ingresos, así como en la disciplina de costes. "Esto llevaría a una mejora sostenida de los modelos de negocio y de los perfiles financieros, en particular de la rentabilidad operativa y de la calidad de los activos", afirman.
