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Bankia Debuta En BolsaEUROPA PRESS - Archivo

Araceli Mora, exconsejera de Bankia, ha cargado durantemente contra Francisco Celma, el socio de Deloitte encargado de la auditoría de la entidad del ejercicio 2011, durante su declaración de este miércoles en la causa penal que investiga la salida a bolsa de Bankia. Mora ha dado una versión muy diferente a la que ofreció Celma en su declaración como testigo durante la fase de instrucción de la causa sobre su rechazo a firmar las cuentas de ese año. Él defendió en sede judicial que podría haber una salvedad, mientras que ella explica que jamás habló de salvedades y que tenía el borrador del informe de auditoría preparado.

Al llegar su turno de declaración en el caso Bankia, la exconsejera ha aceptado responder a las preguntas de la fiscal Carmen Launa, algo que otros encausados han rechazado totalmente. Durante el interrogatorio, que ha estado plagado de tensiones e interrupciones entre ambas, Launa le ha cuestionado sobre la información que Deloitte proporcionó a la comisión de auditoría, de la que ella formaba parte, en relación con la evolución de la auditoría los días antes de que la entidad formulara las cuentas.

El día 27 de marzo, la víspera de la formulación de los estados financieros de 2011, Celma puso al día a la comisión de auditoría. Según la versión de Mora, el socio de Deloitte únicamente les indicó que quedaba pendiente de auditar la parte referida a las tasaciones y la justificación de los activos fiscales diferidos. Además, les explicó que preveía entregar un informe de auditoría sin salvedades, pero que quería esperar a que se aprobara el plan de recapitalización por parte del Banco de España, algo que “sí iba a tener un impacto significativo en las cuentas de 2012”.

“Yo eso lo entendí perfectamente”, ha apuntado Mora, según quien Celma les dijo: “Esperad y el borrador que tengo escrito y no tiene salvedades os lo mandaré”. Mora, de hecho, preguntó a Celma si el tema de las tasaciones iba a tener un impacto significativo y, según la versión de la exconsejera, la respuesta del socio de Deloitte fue que no.

“Celma dijo como testigo [en la fase de instrucción de la causa]: faltaba información relevante del grupo inmobiliario, de la relación de activos adjudicados, todas las posiciones de inversión crediticias, la valoración de fondos de pensiones. Y añade: si esto no lo recibimos es una salvedad por limitación al alcance”, ha relatado Mora leyendo la declaración que Celma hizo ante el juez cuando aún no había sido imputado.

Mora ha explicado que en el acta de la reunión del 27 de marzo de 2012 no aparecen la palabra “salvedad” ni se reflejan las supuestas dudas de Celma en relación a todas estas cuestiones, con lo cual en su opinión el socio de Deloitte no explicó a la comisión de auditoría lo que dijo que explicó en sede judicial. En aquel momento, Celma dijo que “cualquiera que sepa de contabilidad sabe que en 2012 la empresa estaría en disolución” y que “la viabilidad futura de Bankia no era posible de recuperar sin una inyección de capital”. En la reunión no había manifestado esto, según Mora.

Para la exconsejera, todas estas afirmaciones no se corresponden con la realidad: “No sé de qué momento de su vida profesional está hablando Celma, pero del 27 de marzo de 2012 no”. “Sin duda, el señor Celma está confundido”, ha añadido después.

LLAMADAS NEGADAS POR CELMA

Además, Mora ha explicado que Celma negó en su declaración durante la fase de instrucción que hubiera hablado con ella durante el mes de abril de 2012 y, especialmente, el 3 de mayo de ese año, cuando la exconsejera de Bankia se entera “por el periódico” de que el auditor no ha querido firmar las cuentas de 2011.

Según el relato de Mora (que su defensa corroboró al enviar datos sobre su factura de teléfono en el que aparecen las llamadas a Celma), a finales de abril preguntó al socio de Deloitte si le faltaba alguna información para poder realizar el informe de auditoría, a lo que él le respondió que hablaban a la vuelta del puente del primero de mayo. “Ahí sí me quedo tranquila”, ha explicado Mora, pues, en su opinión, si Celma hubiera tenido algún problema no había respondido con esa calma.

Al enterarse de la falta de auditoría por la prensa, Mora llamó a Celma ese mismo día. “Cuando lo veo, llamo a Celma el 3 de mayo y le pregunto qué ha pasado y me dice que hay negociaciones”, ha relatado Mora, que se ha preguntado qué tipo de negociaciones son necesarias para firmar una auditoría. “Las cuentas de una entidad no se negocian y la auditoría se ha de presentar en plazo con salvedades, sin salvedades o lo q sea”, ha concluido. Celma, en su declaración como testigo, negó haber hablado por teléfono con Mora ni el 3 de mayo ni en todo el mes de abril.

OBLIGADA A DIMITIR

Mora, según su versión, no supo nada sobre las intenciones de reformular las cuentas de Bankia hasta que el mismo 25 de mayo, día en que se dio a conocer la reformulación, José Ignacio Goirigolzarri la llamó a su despacho para pedirle su dimisión y se lo dijo.

"Goirigolzarri me dice: 'Os voy a pedir a todos que dimitáis'. Ýo le dije que primero iba a escuchar al comité de auditoría y sus explicaciones [para la reformulación]. Después de oírlas le dije a Goirigolzarri que iba a dimitir porque esa reformuación era incorrecta, que dimitía antes del consejo", ha explicado Mora. Según ha dicho, no estaba de acuerdo con las razones esgrimidas para reformular las cuentas. Por ello, pidió al presidente de Bankia que explicara las razones de su dimisión antes del consejo y que si no tenía intención de hacerlo la tendría que cesar.

"El mayor impacto de toda mi vida fue enterarme que iba a haber una reformulación por razones que no podían ser", ha añadido la exconsejera, que el próximo lunes seguirá declarando a preguntas de su defensa.

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