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Julius Baer.

El banco suizo Julius Baer registró un descenso del 19% en su beneficio neto ajustado en los primeros seis meses de 2019 afectado por la moderación continuada en el negocio de clientes ricos, una caída que, sin embargo, supuso una mejora tras las difíciles condiciones de finales del año pasado.

El tercer banco cotizado más grande de Suiza ha tenido que hacer frente recientemente a tipos de interés negativos, mercados agitados y clientes con aversión al riesgo, así como a un crecimiento mediocre de su filial italiana Kairos, que registró salidas en los primeros seis meses relacionadas con un descenso en el rendimiento de los fondos el año pasado.

El beneficio neto ajustado de Julius Baer se situó en 391 millones de francos suizos (354 millones de euros) en el primer semestre de 2019, un 19% menos que en el año anterior, pero un 18% más que en el segundo semestre de 2018.

"La rentabilidad ha mejorado notablemente en comparación con el segundo semestre de 2018, ya que hemos visto cómo la actividad de los clientes y las valoraciones de activos se recuperaban sustancialmente", dijo Bernhard Hodler, consejero delegado del banco, que abandonará la firma el 31 de agosto.

"El programa de reducción de costes que iniciamos a principios de este año está en marcha, y veremos que sus efectos se materializarán en los próximos meses y a lo largo de 2020, según lo previsto", añadió.

Hodler será sustituido en septiembre por el actual director de intermediarios y custodia global del banco, Philipp Rickenbacher.

Si bien las entradas totales de Julius Baer han aumentado desde finales de 2018, los márgenes han estado bajo presión.

En febrero, el banco redujo sus objetivos de crecimiento y anunció recortes de costes a gran escala tras un duro final en 2018 que le hizo fracasar en sus objetivos.

El programa, cuyo objetivo es ahorrar alrededor de 100 millones de francos suizos mediante la reducción de la plantilla en un 2% y la salida de mercados menos atractivos, estaba en marcha el lunes.

Su objetivo es alcanzar un ratio de eficiencia ajustado por debajo del 68% en 2020, lo que supone una mejora respecto al 71,0% registrado hasta junio.

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