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CaixaBank registró un beneficio neto de 1.768 millones de euros en el acumulado de los nueve primeros meses del año, con lo que aumenta sus ganancias un 18,8% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Su resultado del tercer trimestre, sin embargo, cayó un 20,8%, hasta los 470 millones de euros, tras experimentar una pérdida de 453 millones por la venta de su participación del 9,36% en Repsol.

Este resultado supone una mejora respecto a las estimaciones de los analistas de FactSet, que preveían unas ganancias de 1.505 millones de euros para CaixaBank en los nueve primeros meses. Para el tercer trimestre, este consenso de analistas cifraba en 207 millones el beneficio de la entidad.

Los ingresos de la entidad entre enero y septiembre crecieron, con un avance del 6,3% del margen bruto, hasta los 6.901 millones de euros, impulsado por la fortaleza de los ingresos core del negocio, que se situaron en 6.183 millones, con un crecimiento del 4,5%. El margen de intereses, por su parte, creció un 3,4%, hasta 3.671 millones, mientras que las comisiones se situaron en 1.938 millones (+3,8%) y los ingresos y gastos por contratos de seguro o reaseguro aumentaron un 18,2%, hasta los 419 millones.

Las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones de CaixaBank disminuyeron hasta 377 millones, un 74,1% respecto al mismo periodo de 2017, plazo que recogía impactos extraordinarios negativos asociados a prejubilaciones y al saneamiento de la exposición en Sareb.

BPI, por su parte, contribuyó al resultado de CaixaBank con 168 millones de euros, casi tres veces más que en las mismas fechas de 2017 y, teniendo en cuenta la aportación de las participadas de la filial portuguesa, su contribución total fue de 399 millones.

Las ganancias por activos y pasivos financieros y otros aumentaron hasta 323 millones tras materializar plusvalías latentes de activos financieros disponibles para la venta y por la revalorización al precio de venta de la participación de BPI en Viacer.

En cuanto a las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones, disminuyeron un 74,1% respecto al mismo periodo de 2017, hasta 377 millones. En este epígrafe se recogen las pérdidas por deterioro de activos financieros, que cayeron un 92,5% (50 millones de euros) y otras dotaciones a provisiones, que se redujeron un 58,9% (327 millones). En el segundo trimestre, debido a la recompra de Servihabitat, se registró una provisión de 152 millones.

La entidad disminuyó su ratio de morosidad desde el 6,4% registrado en septiembre de 2017 hasta el 5,1%, gracias a un descenso de los saldos dudosos hasta 12.116 millones, tras ventas de carteras. La ratio de cobertura aumentó hasta el 54%.

El total de ventas de inmuebles en 2018 alcanza los 1.572 millones, un 50% más que en las mismas fechas del pasado ejercicio, e incluye una venta de cartera de alquiler por 226 millones de euros, tras lo cual la cartera de alquiler se sitúa en 2.763 millones de euros netos de provisiones. La recompra del 51% de Servihabitat impactó con 204 millones de euros, tras lo que el negocio inmobiliario non-core generó un resultado negativo de 382 millones en los nueve primeros meses.

Por otra parte, el crédito bruto a la clientela fue de 223.465 millones en este periodo. La cartera sana del sector privado creció un 0,8% en 2018, mientras que el crédito sano para la adquisición de vivienda cayó un 1,5% en el año y un 0,6% en el trimestre. La nueva producción del crédito hipotecario mejoró un 9% respecto al mismo periodo de 2017.

DESINVERSIÓN EN REPSOL

Este trimestre, el banco ha sufrido un impacto en sus cuentas de 453 millones de euros por la venta de su participación del 9,36% en Repsol, descontado el cual el negocio de las participaciones de CaixaBank contribuyó con un resultado de 69 millones.

Para acometer la desinversión total de su participación en la petrolera, CaixaBank adoptó dos vías. La primera es la liquidación anticipada de dos contratos de permuta de renta variable (equity swap) que representan el 4,61% de su participación. Uno de ellos corresponde a 30,5 millones de acciones (1,91% del capital) a 15,39 euros y otro a 43 millones de títulos (2,7%) a 15,55 euros.

La entidad se deshará del 4,75% restante (equivalente a más de 75,7 millones de acciones) mediante un programa de ventas que empiezó en septiembre y que finalizará, previsiblemente, antes del cierre del primer trimestre del próximo ejercicio. Hasta el momento se ha deshecho mediante esta vía de un 0,16%, pues a 30 de septiembre la porción de CaixaBank en Repsol era del 4,59%.

Los ingresos totales de la cartera de participadas se situaron en 847 millones. Aquí se cuentan los ingresos por dividendos, básicamente procedentes de Telefónica, y los resultados de las entidades valoradas por el método de la participación, como Erste Bank, SegurCaixa Adeslas, BFA y Repsol (sin el impacto de la venta de la participación).

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